lunes, 29 de agosto de 2011

Un poco de nihilismo moral...

Algunos conocen a PZ Myers, el blogger ateo con más influencia en el mundo.

Pues bien, su hija, Skatje Myers, también tiene un blog (Lacrimae Rerum) y aunque es atea, no se considera una nueva atea (o sea, no es militante). De hecho critica el movimiento y le ha hecho críticas, por ejemplo, al libro de Sam Harris, The Moral Landscape. Leí lo que ella piensa sobre la moral y se me hizo genial:

Soy una nihilista moral. No tengo ninguna razón para creer que la moral es otra cosa que las preferencias.

Tengo esas preferencias, por supuesto - en esencia son sólo inclinaciones intuitivas. Cualquier necesidad o deseo de seguir esas inclinaciones es únicamente para mi propio disfrute. Yo decido lo que es correcto y lo incorrecto sobre la base de lo que siento que es correcto y lo incorrecto, y los sigo sólo por una obligación autocreada para conmigo misma. Exijo que los demás sigan las mismas "reglas" que tengo para mí, porque quiero que lo hagan. Hace que el mundo sea de la forma que queremos que sea.

A mi modo de ver, todos los demás sistemas de moralidad se basan en reclamos injustificados también, así que ¿por qué seguir las ideas del bien y del mal inventadas por alguien más? Yo bien puedo escoger las afirmaciones infundadas que me gustan. Puedo crear mi propio significado de la vida, porque no hay uno que sea inherente a ella. Puedo crear mis propios valores, porque no hay ninguno que sea inherente.

¿Menos abstractamente? Quiero que le sucedan cosas buenas a la gente buena, en la proporción adecuada. Quiero que le sucedan cosas malas a la gente mala, en la proporción adecuada. Las intenciones son más importantes que las consecuencias. La verdad es valiosa. La lógica es valiosa. La dignidad es valiosa.

Me parece esencial lo que dice en la primera parte: la moral no son más que preferencias, cuestiones subjetivas que pueden estar o no bien sustentadas.

Con respecto a lo que dice hacia el final, creo que a veces las consecuencias son más importantes que las intenciones. Hay casos en los que las intenciones no tienen consecuencias (como la del tipo que fue a matar a alguien que había muerto cinco minutos antes), mientras que las consecuencias siempre van a alterar el estado de cosas y por ende deben tener su buena porción de relevancia.

Por eso me tiene sin cuidado cuando una persona cree tener una mejor moral que yo. A mí lo que me importa es la ética, aquella que puede seguirse según el examen objetivo de las consecuencias de las acciones.

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