jueves, 10 de noviembre de 2011

El diablo es malo y nos corrompe

Cuando decimos que no se le debe hacer caso a los amigos imaginarios, es porque en serio no se le debe hacer caso a los amigos imaginarios.

Pero la gente no entiende. Ellos, en su delirio le harán caso a dios, Zeus (¡que nunca consigue un titular!) o incluso al enemigo imaginario, al diablo:

El colombiano decapitó a su hija en Gerona (Cataluña) y, según dijo, lo hizo obedeciendo al demonio.

Fuentes de la investigación informaron a la agencia de noticias Efe de que el presunto asesino alertó por teléfono a los servicios de emergencia, y cuando los agentes llegaron a la vivienda este les dijo que el demonio todavía estaba en el piso.

Según las fuentes, el presunto parricida acabó con la vida de su hija en presencia de una hermana de esta, de seis años.

Al ser esposado, el individuo comenzó a emitir sonidos guturales que obligaron a la intervención de varios agentes de los Mossos d'Esquadra (el cuerpo policial catalán) y, posteriormente, debió ser sedado por personal del Servicio de Emergencia Médica, según las mismas fuentes.

La madre de la víctima se hallaba en el trabajo en el momento de los hechos. Al llegar a su casa sufrió un ataque de nervios y tuvo que ser trasladada en ambulancia a un centro asistencial.

Los servicios sociales se han hecho cargo de la hermana de la víctima, de seis años, que se encontraba en la casa en el momento de los hechos.

Y que los creyentes no me vengan a decir que eso es por hacerle caso a ese ser imaginario y que su dios nunca haría nada parecido. Pues lo siento, pero son ustedes los que ven como algo admirable que Abraham haya estado a punto de matar a su hijo por sugerencia de su dios.

La moraleja, una vez más: En serio no se le debe hacer caso a los amigos imaginarios.

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