martes, 10 de enero de 2012

¿Ellos hacen parte del movimiento ateo? Soy escéptico

Acaba de pasar el cumpleaños de Stephen Hawking y la mitad de la blogósfera atea se puso a celebrar.

Yo no. No me malinterpreten: para mí, que Hawking es un científico de punta. Pero simplemente no me da la impresión de que sea un humanista secular, ni mucho menos, un ateo militante. Por el contrario, creo que Hawking cae en la categoría de acomodacionista. Es más, creo, que es un ateo enclosetado que no se ha atrevido a salir y no lo va a hacer, pues buena parte de su prestigio ha venido con 'honores' religiosos.

La cuestión es que de lo que he podido ver, los ateos militantes, además de ateos, compartimos cierto orgullo a la hora de defender la razón y la ciencia de los ataques de la superstición.

Lo más lejos que ha llegado Hawking es a decir que "la vida después de la muerte es un cuento de hadas", algo completamente cierto, pero que no lo convierte en un ateo. Puede haber creyentes en alguna especie de ser ontológico que viole todas las leyes naturales y que a la vez no crean en la vida después de la muerte.

Incluso, en una encuesta a 50 personalidades que se suponían no creyentes, las declaraciones del físico cayeron como una patada en el hígado:

No estoy afirmando que Dios no existe. La explicación científica es completa, pero no predice el comportamiento humano, porque hay demasiadas ecuaciones para resolver. Uno por lo tanto, utiliza un modelo diferente, que puede incluir el libre albedrío y a Dios.

No es exactamente lo que uno esperaría de un prestante y prestigioso miembro del ateísmo militante. A mi parecer, Hawking siempre se ha valido de ambigüedades para promover sus libros y divulgar ciencia sin entrar en la obvia incompatibilidad entre Ciencia y superstición.

Creo que desde la Ciencia se deben valorar sus aportes, pero que él ni de lejos hace parte de la comunidad atea.

Otro tanto así pasa me pasa con Neil deGrasse Tyson. A pesar de que Carl Sagan siempre mantuvo un incomprensible respeto por la superstición (en cuanto a que no la atacaba directamente), criticó sus conceptos con una tranquilidad y unos conocimientos envidiables que le granjearon la admiración de casi cualquier divulgador científico y de muchas personas en la comunidad atea, volviéndose el epítome del escéptico público.

Este, sin embargo no parece ser el camino que vaya a (ni quiera) tomar Neil deGrasse, quien ya expresó claramente que no le interesa ser tan escéptico público como Sagan.

A pesar de encontrar unas citas de lujo recopiladas en la página del propio Tyson sobre pseudociencia y religión, no podemos pasar por alto el hecho de que él no se reconoce como ateo (sino como agnóstico) y que no se siente identificado con el movimiento humanista secular. (Y pensar en todo el vitoreo que hubo en la comunidad al enterarse de que él sería el anfitrión de la secuela de Cosmos.)

Creo que esto es algo que podemos mejorar. A pesar de sentirnos identificados con grandes divulgadores de la ciencia, debemos recordar que eso no los hace automáticamente embajadores del humanismo secular ni del ateísmo y que en esa medida sería un poco más honesto si no los reclamáramos como tal. Celebremos sus descubrimientos y avances, pero no los hagamos automáticamente de los nuestros.

No lo son, no lo quieren ser y hay que respetar esa decisión.

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