domingo, 5 de febrero de 2012

Se hizo justicia y Chomsky lloraría. ¡A celebrar!

Por si algunos no lo recuerdan, ese negacionista tácito de la masacre de Srebrenica que es Noam Chomsky empezó por el camino de negar hechos probados y masacres por regímenes totalitarios y enemigos de EEUU en la guerra de Camboya.

Aquí un testimonio de su comportamiento durante un seminario sobre el tema:

Me senté junto a Noam Chomsky en un seminario en la Casa Lippmann (de la Fundación Nieman) de la Universidad de Harvard en Cambridge, Massachusetts, en 1978. Sobre la cuestión del genocidio en Camboya, la idea central de lo que dijo fue que no había pruebas de asesinatos en masa allí. Según recuerdo, era bastante inflexible en este punto. Para ese momento él había escrito una o dos cartas a The New York Review of Books insistiendo en ese punto. Chomsky parecía creer que los relatos del holocausto en Camboya eran propaganda. Dijo, en otro punto, que hubo un esfuerzo en curso para reescribir la historia de la guerra de Indochina - en una manera más favorable a los EEUU. Tal vez pensó que la noción de genocidio en Camboya fue parte de ese esfuerzo.

Si recordamos también que el lingüista minimizó las masacres de los Jemeres Rojos, descontextualizando tres fuentes, con su usual estilo deshonesto, no me cabe la menor duda de que esta noticia lo tendrá llorando por unos cuantos días:

El Tribunal Internacional de Camboya condenó este jueves a cadena perpetua al jefe torturador del Jemer Rojo, Kaing Guek Eav, al apelar la pena de 35 años impuesta en 2010 por la muerte de unas 16.000 personas en la prisión que dirigió.

El juez de la Corte Suprema del tribunal, Kong Srim, elevó la condena al declararle también culpable de exterminio, anular la compensación por el tiempo pasado en la cárcel sin juicio y desestimar el peso de los atenuantes expuestos por la defensa.

"Los crímenes cometidos por Kaing Guek Eav se encuentran entre los peores de la historia. Merecen la pena más dura que exista", dijo el juez.

Kaing Guek Eav, alias Duch, había recurrido la sentencia, rebajada a 30 años para compensarle el tiempo de detención ilegal, y pedido la absolución a pesar de haber reconocido su culpabilidad en los crímenes.

¡Qué bien! Se condena a un impresentable ser humano, y es probable que otro impresentable llore. ¿Existe alguna forma de mejorar esta noticia?

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