lunes, 27 de agosto de 2012

Nueva mezquita en Bogotá

Como si los ateos de Bogotá no tuviéramos suficiente combatiendo toda la superstición, el odio, la discriminación y la intolerancia de todas las sectas cristianas promueven en el país, resulta que también hay una creciente minoría islámica.

Tan creciente, que se han mandado a hacer una mezquita con todas las de la ley, con minarete y tales, en Bogotá:

De ahí que hoy, haya aparecido en el paisaje del Norte de Bogotá la silueta de un domo y un minarete, aún en obra negra, justo al lado de la Escuela Militar de Cadetes José María Córdoba. La mezquita está siendo construida por la Asociación Benéfica Islámica, con fondos recogidos entre la comunidad y organizaciones internacionales, en especial de Arabia Saudí. Se estima que podría llegar a costar $4.000 millones.

Por primera vez, Bogotá tendrá un templo musulmán como dicta la tradición, con un minarete para llamar a los fieles y un domo que los acoge bajo la mirada de Alá. En ella, cabrán 500 feligreses de 3000 que habitan en la ciudad. “Antes nos reuníamos en casas privadas, en la década de los sesentas. Durante los últimos 34 años nos amparó un local en la calle 11 con novena y desde el 91 hemos crecido tanto que en el 2004 adquirimos la casa de la mezquita Estambul”, explica Sánchez.

Y el peligro no acaba ahí:

Todos son sunitas. “En Bogotá hay otras sectas de musulmanes chiitas que tienen una interpretación diferente del Islam, ellos no asisten a nuestras ceremonias” comenta Jamid. Sánchez explica además que en la mezquita Estambul, a diferencia de las comunidades chiitas, no realizan interpretaciones más allá de lo que dicta el Corán

Justo lo que nos faltaba - dos sectas infinitamente irracionales (con un largo historial de agresiones mutuas), de la superstición más peligrosa y mortífera que ha conocido la humanidad, en nuestra ciudad.

Como si no fuera suficiente con tenernos a la merced de sus posibles enfrentamientos, también les parece bella la vida de mujeres sumisas y esclavas, que no son dueñas de su cuerpo, sino condenadas a ser entes por tenerlo:

“Es una forma de vida. La mujer en el islam no quiere ser motivo de tentación o pecado, en el islam no hay prostitutas, madres cabeza de familia o madres solteras. No hay pasarelas para mostrar el cuerpo por negocio”. En ese momento, otro creyente agrega: “Yo conozco a una mujer musulmana porque se levanta a las cuatro de la mañana a orar”.

Sólo falta que empiecen a pedir tratamiento especial de la ley.

(vía Ferney Rodríguez)

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