sábado, 20 de octubre de 2012

El crimen de Greenpeace contra la humanidad

Esta es una traducción de un artículo de Patrick Moore, cofundador de Greenpeaace.



"Si planean destruir campos de prueba para evitar los ensayos responsables y el desarrollo del arroz dorado con fines humanitarios, serán acusados de contribuir a un crimen contra la humanidad. Sus acciones serán cuidadosamente registradas y, es de esperar, tendrán la oportunidad de defender sus acciones ilegales e inmorales delante de un tribunal internacional".

Dr. Ingo Potrykus a Greenpeace, febrero del 2001.

El Estatuto de Roma de la Corte Penal Internacional define los "crímenes contra la humanidad" como actos que son "cometidos como parte de un ataque generalizado o sistemático contra una población civil y con conocimiento de dicho ataque - que causen intencionalmente grandes sufrimientos o graves lesiones al cuerpo o la salud mental o física".

Según la Organización Mundial de la Salud entre 250.000 y 500.000 niños quedan ciegos cada año debido a la deficiencia de vitamina A, la mitad de los cuales mueren menos de un año después de quedarse ciegos. Millones de personas sufren de varios trastornos debilitantes debido a la falta de este nutriente esencial.

El arroz dorado es una forma genéticamente modificada de arroz que, a diferencia del arroz convencional, contiene beta-caroteno en el grano de arroz. El beta-caroteno se convierte en vitamina A en los seres humanos y es importante para la vista, el sistema inmunológico, y la buena salud en general. El científico suizo y humanista Dr. Ingo Potrykus y sus colegas desarrollaron el arroz dorado en 1998. Se ha demostrado en numerosos estudios que el arroz dorado puede eliminar la deficiencia de vitamina A.

Greenpeace y sus aliados han logrado bloquear la introducción del arroz dorado por más de una década, alegando que puede tener "riesgos ambientales y de salud" sin elaborar sobre cuáles podrían ser esos riesgos. Después de años de esfuerzo, el Proyecto Humanitario Arroz Dorado, dirigido por el Dr. Potrykus, la Fundación Rockefeller y otros fueron incapaces de superar la oposición política al arroz dorado que fue generada directamente por Greenpeace y sus seguidores.

Recientemente la Fundación Bill y Melinda Gates ha asumido un papel de liderazgo, en colaboración con el Instituto Internacional de Investigación del Arroz en Filipinas, para abrir paso a través de estas barreras y llevar el arroz dorado al mercado. Los ensayos de campo se están realizando en las Filipinas y Bangladesh, con la esperanza de introducirlo al mercado en el 2015. Desde la invención del Arroz Dorado en 1998 entre cuatro y ocho millones de de niños han quedado ciegos, casi la mitad de los cuales ya han muerto. Sin duda, esto constituye "un gran sufrimiento o lesiones graves al cuerpo o la salud mental o física". Greenpeace sigue oponiéndose a estas pruebas de campo.

Greenpeace abierta y agresivamente propaga desinformación sobre el arroz dorado desde que fue inventado y ha seguido haciéndolo en cada oportunidad. Afirman que hay mejores maneras de aliviar la deficiencia de vitamina A, como las píldoras de vitaminas y "la jardinería doméstica". Sin embargo, Greenpeace no hace nada para poner en práctica programas alternativos para los millones de víctimas, alegando que la causa de la deficiencia de vitamina A es "la pobreza". Uno podría preguntarse si condenar deliberadamente a millones de niños a la ceguera y la muerte temprana perpetúa la pobreza en lugar de aliviarla. Las academias de ciencias de todo el mundo avalan el uso de la biotecnología, incluida la modificación genética, para mejorar la nutrición y la productividad de nuestros cultivos alimentarios. No hay ninguna evidencia de ningún posible daño de estas mejoras.

Es evidente por los hechos que Greenpeace es culpable de crímenes contra la humanidad, definidos por la Corte Penal Internacional. Afirman que "el arroz dorado es un fracaso", mientras que ellos son los responsables de la prevención de la cura que tan desesperadamente necesitan millones de civiles. El hecho de que Greenpeace perpetúe las mentiras sobre el arroz dorado, mientras que al mismo tiempo no hacen nada por sí mismos para resolver el problema constituye una negligencia grave en la cima del crimen contra la humanidad. Por favor, ¿podría alguien llevarlos ante la justicia?

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