Concordia, el pueblo de Colombia libre de religión (por ahora) [EDITADO]

**Actualización: Comenta Martín que en Concordia sí hay iglesias y religión, contrario a lo que nos harían creer Caracol Radio y su fuente, el tal Leonardo:

No sé de dónde habrán sacado esa historia, pero la realidad es muy diferente. Concordia tiene la Parroquia de San Isidro, y allí acuden muchos (la puedes ver acá: http://www.skyscrapercity.com/.... Y ya hace algunos años que hay cultos protestantes, como evangélicos y testigos de Jehová. Lo sé bien porque papá trabaja como instructor del SENA, y tiene que dictar cursos por esos pueblos. Además, él tuvo contacto con uno de los reinsertados que asistieron al curso, y que es evangélico junto a su familia. Él mismo te diría: "No conozco el primer pueblo en el departamento sin iglesia".

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El viernes, Caracol Radio reportó sobre Concordia (Magdalena), un pueblo donde, según ellos, "no se puede rezar". Esto, claro, es hambre de clicks pues, como veremos, sí se puede rezar: no está prohibido ni viola las leyes naturales.

Pero me estoy adelantando; veamos lo que dice la nota:

“Es la tierra del tan nombrado Juancho Polo Valencia, allá nunca ha existido una iglesia ni católica, ningún tipo de iglesia, por lo tanto la gente si tu vas y le preguntas no sabe a qué religión pertenece, no tienen donde confesarse, ir a hacer una misa, ni un bautizo”.

La inquietud de Leonardo [habitante de Concordia], que no es exclusiva de su comunidad, pues explicó que los municipios de la zona o no tienen templos o los han perdido por la guerra, será tenida en cuenta por el Ministerio del Interior, que anunció el inicio de un mapeo para conocer qué entidades religiosas hay en el país, pues el actual está desactualizado, sobre el tema se refirió Lorena Ríos, Coordinadora Nacional de Asuntos Religiosos del Ministerio del Interior.

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La necesidad de tener una Iglesia, según explicó el habitante de Concordia, va más allá de que la religión hace parte del ser humano, pues en el marco de los procesos de perdón y reconciliación que adelantan desde las comunidades religiosas del país, es fundamental tener un lugar donde congregarse.

¡Tan afortunados! Tener un territorio que no ha sido infectado por la superstición es un privilegio.

Lo triste es que quieran cambiar eso. Lo malo es que quieran involucrar al Estado en ello. Colombia es un Estado laico y por lo tanto no puede destinar recursos públicos para la construcción de iglesias u otros edificios religiosos, ni para promover creencias particulares.

Más le vale al Ministerio del Interior no hacer iglesias ni nada similar — eso corresponde a la iniciativa privada de los ciudadanos y ¡si quieren superstición, que la paguen de su bolsillo!

En cuanto al lugar para congregarse, bien puede ser la Alcaldía, la plaza, el Concejo, un parque o cualquier otra ubicación donde ninguna creencia prevalezca sobre las demás o sobre la descreencia — ya tenemos más que suficiente discriminación a los no creyentes.

(vía Diego Castilla)