viernes, 11 de noviembre de 2016

De los países menos religiosos del mundo



En enero de 2016, Phil Zuckerman, Luke Galen y Frank Pasquale publicaron The Nonreligious, un libro en el que recopilan, presentan y analizan críticamente toda la investigación existente hasta la fecha sobre las personas y sociedades laicas.

En particular, esto es lo que tienen en común las sociedades menos religiosas del mundo:

Con la excepción de China y Vietnam (ambas naciones no democráticas), la mayoría de los países más laicos del mundo hoy lo están haciendo bastante bien. De hecho, muchos de ellos están entre las sociedades más exitosas y saludables en la tierra. Porque es generalmente entre las sociedades más laicas hoy que encontramos los niveles más grandes de armonía social, de civilidad, de libertad, de igualdad, de tranquilidad, y de prosperidad. Los niveles más altos de desigualdad, opresión, delincuencia, corrupción y destitución pueden encontrarse en naciones altamente religiosas.

Los afortunados países que caen en la categoría de menos religiosos son República Checa, Estonia, Suecia, Dinamarca, Noruega, Finlandia, Corea del Sur, Francia, Bulgaria, Japón, Holanda, Eslovenia, Alemania, Hungría, Gran Bretaña, Nueva Zelanda, Canadá, Australia, Bélgica y Letonia.

Zuckerman et al hacen la sana advertencia de que correlación no es causalidad, pues todavía falta determinar la relación exacta entre los grados de religiosidad y los diferentes marcadores positivos y negativos de una sociedad exitosa.

El libro suena muy interesante y, según las reseñas, los autores ofrecen muchos hallazgos contraintuitivos como que muchos de los no-religiosos todavía tienen creencias religiosas, la mayoría de las personas seculares fueron criadas por padres seculares, la mayoría de las personas que abandonan la religión la dejan en su adolescencia o a principios de los veinte (más por inestabilidad emocional que por una justificación racional para dejar la religión), y que la mayoría de los no-religiosos son indiferentes tanto al laicismo como a la religión (casi ninguno se une a los grupos u organizaciones seculares).

El trabajo de Zuckerman siempre es interesante, pues ofrece una mirada a los mejores datos disponibles sobre los ateos y las comunidades no-religiosas en general — para la muestra, gracias a él tenemos una idea más o menos precisa de cómo son los valores familiares ateos.

(vía A Tippling Philosopher)

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Publicado en De Avanzada por David Osorio

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