lunes, 20 de enero de 2020

Tumban norma de oraciones obligatorias en Cartagena



En 2007, el Concejo de Cartagena de Indias (Bolívar, Colombia) aprobó el Acuerdo 05 de 2007, en el cual se imponía una oración cristiana en todas las entidades públicas de la ciudad; incluso en colegios. En 2015, el mismo Concejo evaluó un proyecto para acabar con la oración obligatoria, pero la propuesta terminó siendo descartada. Después de esto, el grupo de investigación que dirigía el abogado Miguel Ángel Garcés Villamil demandó la norma y el juzgado 11 de Cartagena concedió las medidas cautelares, suspendiendo la norma efectivamente mientras era evaluada, lo que llevó a los concejales a hacer una pataleta que, de milagro, sólo tuvo un efecto mediático pero no influyó en el curso del juicio; así que en marzo de 2017, el mismo juzgado anuló la norma, porque no se pueden usar recursos públicos para promover creencias privadas — al fin y al cabo, Colombia es un Estado laico.

Diez años se demoró la Rama Judicial en corregir el entuerto de feudalismo intelectual impuesto por los pastoriles cabildantes cartageneros, quienes, aún así decidieron apelar la decisión, porque, aparentemente, les jode mucho la vida no poder ir por el mundo exigiéndole a todo el mundo que se someta a las reglas de su amigo imaginario. De cualquier forma, a finales de 2019 el Tribunal Administrativo de Bolívar confirmó la nulidad de la norma, en la gloriosa sentencia 353/19 (la sentencia se hizo pública el 15 de enero de 2020):

lunes, 13 de enero de 2020

Charlatana Mabel Torres, primera Ministra de Ciencia en Colombia



Yo, sinceramente, he tratado de enfocarme en asuntos mas globales y no escribir tanto sobre Colombia porque, al fin y al cabo, lo de Colombia ya sabemos cómo terminará: spoiler alert — en Colombia siempre ganan la superstición y el chovinismo.

Por eso es muy fácil hacer predicciones sobre el país. Por ejemplo, a finales de 2019 el gobierno de Ivan Duque elevó el botín burocrático que era Colciencias a la categoría de Ministerio.

Aunque todos se daban palmaditas en la espalda porque el país ahora contaría con más presupuesto para la "ciencia", yo opté por el escepticismo y sugerí que no resultaría extraño si desde el Ministerio se fueran a promover las ideas más patentemente anticientíficas, como la religión y la pseudociencia.