martes, 22 de mayo de 2018

Agendas ocultas y los dueños de los medios



En los tiempos posmodernos que corren, la veracidad de la información parece depender de quién la dice, en vez de las evidencias en las que se sustenta. Por eso, los magufos nos acusan de estar en la nómina de Monsanto, o de las farmacéuticas, porque si no pueden ganar el debate y la evidencia no está de su lado, una simple asociación con el mal encarnado es suficiente para hacer evaporar las toneladas de evidencia y recuperar la certeza de tener la razón, y ser buenos, buenitos. Si no puedes con el argumento y las evidencias de tu contrincante, desprestígialo.

Ocurre en todas partes, también a los medios. En estos días, La Pulla hizo un demoledor video de por qué el candidato a la Presidencia Gustavo Petro sería un pésimo Presidente — un video con hechos en mano y evidencias de sus afirmaciones; ya habían hecho uno sobre el candidato Iván Duque, lo cual no impidió que algunos seguidores del señor Petro descartaran la información presentada en el video, señalando que El Espectador, la casa editorial que produce La Pulla, pertenece a un grupo empresarial, como si un posible interés económico se tradujera necesariamente en prueba irrefutable de un poderoso sesgo que invalide cualquier cosa que tengan para decir. El mismo rigor de un chisme, pues. Y este tipo de acusaciones infundadas sobre cubrimientos parcializados y sesgados están a la orden del día.

Pero lo que estas lumbreras del pensamiento maquiavélico se dejan por fuera es que, para poder preocuparse por sus intereses económicos, los medios primero necesitan tener un modelo de negocio que funcione, un hecho incómodo que arruina toda la narrativa:

viernes, 18 de mayo de 2018

La indignante carta del embajador de Colombia a John Oliver



El domingo pasado, el comediante John Oliver dedicó su el programa de la semana a la crisis en Venezuela — durante el episodio, que dura 20 minutos, Oliver dedicó 15 segundos a Colombia (del 6'38 al 6'53) para indicar que la Venezuela de Hugo Chávez fue incluso más corrupta que Colombia:

miércoles, 16 de mayo de 2018

Mejores servicios sociales y calidad de vida reducen necesidad de religión



Desde hace algunos años la religión viene en declive en todo el mundo —en algunos lugares más rápido que en otros—. Los motivos seguramente son muchos y diversos, y ahora tenemos otra pieza del rompecabezas: el modelo de intercambio de religión.

La hipótesis de este modelo es que si una entidad secular como el Estado provee lo que los ciudadanos necesitan —como salud y educación—, será menos probable que estos recurran a amigos imaginarios. Y la hipótesis acaba de ser demostrada:

lunes, 14 de mayo de 2018

Fundamentalistas religiosos y magufos, más propensos a creer noticias falsas



En abril de 2018 se llevó a cabo la Conferencia Internacional de Investigación en Esquizofrenia, donde se presentó un estudio provisional por investigadores de la Universidad Yale que halló que las personas más propensas a creer en mentiras —lo que ahora conocemos con el oximorónico título de fake news, o noticias falsas— son individuos que tienen creencias irracionales delirantes, son dogmáticos en su pensamiento, y/o fundamentalistas religiosos:

Dice el estudio:

domingo, 13 de mayo de 2018

César Augusto Londoño y la intolerancia contra los ateos



Ayer, el periodista colombiano César Augusto Londoño se despachó en Twitter contra los ateos:

sábado, 5 de mayo de 2018

Parecerse a las iglesias



Posiblemente, una de las sorpresas más grandes que uno se lleva cuando se involucra en el activismo laico (al menos en Colombia), es que hay un nada despreciable número de ateos que, por diferentes motivos, se oponen al laicismo. Dejando de lado a los trolls, básicamente podemos dividir a los ateos anti-laicismo en dos categorías: unos lo son porque, de una u otra forma, siguen convencidos del privilegio religioso, la noción de que la religión merece un tratamiento especial que no se le confiere a ningún otro ámbito de la vida humana; de ellos he hablado antes, y seguramente volveré a tratarlos en el futuro.

Pero hoy quiero hablar del segundo grupo: aquellos que se han emancipado de los amigos imaginarios y se han librado de los grilletes del privilegio religioso, pero que en su desdén por la superstición organizada llevan demasiado lejos el propósito de marcar las diferencias. Los que no quieren parecerse en absolutamente nada a las iglesias, pues, y empiezan a ver parecidos en todo.

lunes, 30 de abril de 2018

Sociedad precolombina en Perú sacrificó ritualmente 140 niños



Un equipo financiado por National Geographic acaba de encontrar en Perú la evidencia del que sería, hasta la fecha, el más grande sacrificio masivo de niños de de la historia — aproximadamente hace 550 años, más de 140 niños fueron sacrificados ritualmente por el Imperio Chimú en las costas de Huanchaquito-Las Llamas:

sábado, 21 de abril de 2018

Ateofobia — prejuicio contra ateos es global



Alguna vez alguien criticó poco caritativamente que yo usara la palabra "ateofobia" como si fuera un término inventado por mí (no lo es) carente de utilidad, pero a falta de una palabra con la cual referirse al prejuicio, la discriminacion e intolerancia contra alguien por el hecho de no creer en dioses, ésta ha venido a cumplir esa función y, a diferencia de otras palabras que recuerdo, ateofobia es semánticamente correcta e intelectualmente honesta.

Cualquier ateo que haya expresado su no-creencia en publico ha vivido la intolerancia como parte de las respuestas que recibimos de manera sistemática. Hace unos años se propuso un reto para que los creyentes se pongan en nuestros zapatos por una semana, y vean quién lo tiene más fácil realmente — hasta ahora, que sepamos, nadie ha aceptado el reto. Aunque si no quieren vivir por una semana lo que ha sido nuestro día a día durante años, no sea que empiecen a sentir empatía o algo, tambien está la ciencia.

El año pasado, un estudio dirigido por Will Gervais encontró que el prejuicio contra los ateos está extendido a nivel global — si eso no amerita que tenga su propia palabra, no sé qué pueda hacerlo:

sábado, 14 de abril de 2018

Marcha por la Ciencia 2018: buensalvajismo y corrección política



Hoy es la segunda versión de la Marcha por la Ciencia. Esta nació el año pasado, cuando el presidente americano Donald Trump empezó a enfilar baterías contra las políticas ambientales de Estados Unidos — era un grupo ciudadano que presuntamente defendía la ciencia y sus valores.

Pronto caímos en cuenta que la Marcha había sido secuestrada por la anticiencia y que sus promotores estaban más interesados en hacerle oposición a Trump por cualquier cosa —habiendo tantos temas legítimos para hacerlo— que hasta llegaron a defender a terroristas del Daesh llamándolos "personas marginadas", y culpar a la ciencia, aquello por lo que decían marchar, del lanzamiento de la bomba MOAB.

Ha pasado un año desde aquello, y por encima parece que la Marcha ha puesto algo de orden en su casa — aunque todavía tienen bastante por hacer. Por ejemplo, hace unos días, el Twitter oficial de la Marcha compartió un artículo del Seattle Times lamentable:

lunes, 2 de abril de 2018

La equivocada columna de Bejarano sobre caso Montealegre



Habíamos quedado en que mi alma máter, la gloriosa Universidad Externado de Colombia está siendo atacada por el exfiscal Eduardo Montealegre en un cutre intento de venganza contra el rector Juan Carlos Henao, porque este protegió las arcas de la casa de estudios de la voraz hambre burocrática del primero.

Al parecer, el rector Henao contestó el derecho de petición de Montealegre dándole una lección de derecho constitucional que haría que cualquier abogado que se respete devolviera su diploma y dedique el resto de sus días a la orfebrería. (Digo que parece, porque la respuesta fue publicada por una dudosa cuenta en Twitter creada para darle un barniz de seriedad a los embates del voraz exfiscal; las criaturitas detrás de la cuenta tienen, además, la simpática idea de que bloquearlos en una red social equivale a censurarlos, y tampoco han revelado cómo es que han obtenido la correspondencia que iba dirigida a Montealegre — vamos, que son a la honestidad intelectual lo que la Iglesia Católica es a denunciar curas pederastas.)

Aunque inicialmente sólo le daba tímidos retweets a los trinos del profesor Néstor Osuna, el columnista y profesor Ramiro Bejarano finalmente abordó el tema en su columna de esta semana, titulada Externado... ¡presente! Su versión de los hechos es, cuando menos, pintoresca: