jueves, 5 de enero de 2012

La blasfemia vuelve a ser un delito en Austria

Al parecer en el siglo XXI en Europa todavía hay personas que pueden enfrentar graves penas por pensar y expresar sus opiniones.

No fue suficiente con toda esa payasada de juicio-show a Geert Wilders en Holanda, sino que ahora Austria también se suma a los países dispuestos a perseguir a alguien por decir lo que piensa de esa porquería de doctrina que es el islam. Es el caso de Elisabeth Sabaditsch-Wolff:

Un tribunal de apelaciones en Viena confirmó la sentencia contra una miembro de un partido de tendencia derechista allí, Elisabeth Sabaditsch-Wolff, quien en el 2009 dio tres seminarios sobre el islamismo radical para miembros jóvenes del partido. Sin su conocimiento, partes de los seminarios y de una conversación privada fuera de los seminarios fueron grabadas, y más tarde pasadas a los fiscales. La declaración en cuestión que condujo a su condena fue "er habe gerne mit Kindern ein bisschen was gehabt", que se traduce como "él sentía algo por las niñas pequeñas", y "er habe einen grossen Frauenverschleiss gehabt", que significa "tuvo un montón de mujeres", en referencia a su tres matrimonios.

Aparentemente, por lo que he leído sobre el veredicto aquí y aquí, ella acababa de decir que Mahoma tuvo relaciones sexuales con una niña, lo que habría estado bien, pero la forma en que lo dijo constituye un "exceso de juicio" y una denigración de una enseñanza/creencia religiosa. El juez argumentó que las declaraciones eran ofensivas con el islam, y que la sugerencia de que Mahoma fue un pedófilo estaba "fácticamente injustificada", porque él se quedó junto a ella hasta que murió, y ella tenía 18 años cuando él murió, lo que demuestra que no sólo estaba interesado en chicas menores de edad. ¡Qué reflexión!

Ese juez es un ejemplo de cómo la corrección política y el respeto de las religiones disuelven el cerebro. Qué lástima que los hechos, por ser incómodos, sean considerados como delito. Y qué lástima que lo sea denigrar de las enseñanzas y creencias religiosas.

Por cierto, si la tradición y cultura de Sabaditsch-Wolff es la de la libertad de expresión que (cada vez menos) ilumina a toda Europa desde la Ilustración, ¿dónde están los relativistas culturales defendiendo sus tradiciones? No, no me respondan. Yo sé: para los multi-culti, las únicas sagradísimas y sacrosantas tradiciones que vale la pena defender son las atrocidades que los gobiernos bananeros de países feudales le imponen a sus ciudadanos-víctimas.

(visto en Metamagician and the Hellfire Club)

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