martes, 9 de diciembre de 2014

Bogotá Gospel aprobado en comisión del Concejo



Desde hace años, las iglesias evangélicas han querido hacer conciertos proselitistas a cargo del Estado y, aunque no se había establecido en las normas, Bogotá tuvo Bogotá Gospel hasta el 2012, cuando los defensores del laicismo fuimos recibidos con toneladas de amor cristiano en la forma de patadas, puños y destrucción de nuestra propiedad.

Desde entonces, Bogotá no paga conciertos Gospel —probablemente más por motivos políticos que por una real preocupación por la única garantía a la libertad de cultos—, protegiendo así los derechos de todos los contribuyentes.

El lobby cristiano viene trabajando para que todos los bogotanos les paguemos sus conciertos homófobos y machistas. Este fin de semana, esa pesadilla estuvo más cerca de hacerse realidad cuando el concejal y pastor Marco Fidel Ramírez presidió la sesión en la que se votaba el proyecto (!):



Así es: el señor Ramírez impidió que las voces contrarias al proyecto fueran escuchadas antes de la votación, dijo que serían escuchados después y, una vez se aprobó esta flagrante violación al Estado laico, dio por terminada la sesión.

Resulta que Ramírez no sólo actuó de manera antidemocrática, sino que violó el reglamento interno del Concejo:

ARTÍCULO 75.- INTERVENCIÒN DE FUNCIONARIOS Y CIUDADANOS

[...] Toda persona natural podrá expresar sus opiniones sobre cualquier proyecto de Acuerdo y en los debates de control político cuyo estudio y examen se esté adelantando en alguna de las Comisiones Permanentes. El Secretario de la Comisión Permanente respectiva, deberá inscribir previamente a los interesados y el Presidente de la Comisión dispondrá el orden y el tiempo de las intervenciones. Las opiniones podrán ser presentadas por escrito o verbalmente.

[...]

ARTÍCULO 76.- CIERRE DE LA DELIBERACIÓN

Cuando ningún Concejal o funcionario solicite la palabra para intervenir en la discusión, el Presidente respectivo anunciará que va a cerrarse y si nadie pidiere la palabra la declarará cerrada. Acto seguido, se procederá a la votación y sólo se podrá hacer uso de la palabra para pedir que la votación sea nominal.

Y ahí no paran las sorpresas: los concejales de esa Comisión fueron engañados y creen que se trata de gospel urbano contemporáneo o de Blues — no se han enterado de que son conciertos donde las iglesias deciden qué artistas pueden tocar (y el estándar es bastante básico: sólo se aprueban grupos que promueven el machismo y la homofobia).

Si todavía no están asombrados con la deshonestidad de los concejales cristianos (vamos, son líderes religiosos, su trabajo consiste en mentir y promover el odio), esta es una lista no exhaustiva de su prontuario:

• Violan el carácter laico del Estado al promover su religión.

• Inducen a error a los demás concejales.

• No reportan un conflicto de intereses (si son pastores y su negocio se vería beneficiado con estos conciertos, tal como pasa, tendrían que abstenerse de participar; mucho menos presidir una sesión sobre el tema).

• Impiden que las posturas contrarias a la ponencia sean escuchadas antes de la votación (!).

• Habiendo prometido que la postura a favor del laicismo se escucharía después de la votación, levantan la sesión faltando a su palabra.

• Desperdician dineros públicos en el patrocinio del machismo y la homofobia.

Después de que Marco Fidel Ramírez mostrara por n-ésima vez su carácter deshonesto, intolerante y antidemocrático, su secuaz Clara Lucía Sandoval pidió "respeto para los Concejales". Ohh, la ironía quema — son ellos los que primero deben respetarnos, porque son servidores públicos. Impedir la palabra ciudadana es faltar al respeto, aunque creo que esperar esto de un pastor cristiano es pedirle peras al olmo.

Ya veremos cómo se desarrolla el tema en la Plenaria del Concejo y si toca demandarlo por violar el Estado laico. Por el momento, me conformo con que la comisión ética o a quien corresponda le abra una investigación a Ramírez y Sandoval por conflicto de intereses y por violar el reglamento del Concejo.

(Imagen: Sebastián Ospina)

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