martes, 26 de abril de 2016

Profesor recibe amor cristiano por enseñar a pensar



Por regla general, lo ético es no adoctrinar a los menores de edad en ninguna religión y dejarlos que decidan una vez cumplan la mayoría de edad y después de que les hayan expuesto en igualdad de condiciones todas las religiones. Por supuesto, a los religionistas no les gusta la idea de jugar en igualdad de condiciones y tener que convencer a mentes con elementos de juicio cuando pueden simplemente adoctrinar desde pequeños — es el más asqueroso reclutamiento infantil.

Lamentablemente ocurre con bastante frecuencia. Incluso, la gran mayoría de colegios públicos en Colombia adoctrinan en el cristianismo, a pesar de que por ser entidades públicas deberían cumplir con el mandato del laicismo.

Ahora, en Garzón (Huila) el profesor de Filosofía, Miguel Lorenzo Trujillo Navia, está recibiendo amor cristiano a raudales porque hace bien su trabajo y des-abusa a los niños del adoctrinamiento, todo mediante la duda y el razonamiento crítico — los padres de familia están furiosos porque sus hijos están aprendiendo a pensar:

En una entrega de calificaciones- el lunes pasado- se quebró el florero de Llorente. Un padre de familia se le acercó a Miguel Lorenzo. Él le pasó la mano, pero el acudiente se la dejó extendida. “Personas como usted no merece que uno la salude”, le dijo el padre al maestro.

“Uno trata de educar a sus hijos en la fe cristiana, formarlos, pero usted los pone a pensar maricadas. Yo no sé por qué a un hijo de puta como usted lo dejan trabajar en un colegio, yo no sé por qué llega una persona hijo de puta como usted al colegio”, le gritaba. Y no lo golpeó porque el docente de filosofía estaba convaleciente y se sostenía con un bastón.

El enfurecido acudiente se marchó a la rectoría y siguió atacando verbalmente al profesor. E incluso amenazó con golpearlo, pero en el colegio le pedían que se calmara.

[...]

En el colegio no encontró apoyo.

Desde la rectoría le reclamaron por lo ocurrido, le insistieron en que no podía hacer proselitismo en las clases y hacer defensa o arremeter en contra de la religión.

“No puedo faltar a mi ética profesional y negar ciertos contenidos porque el ambiente católico en Garzón no lo permite. No puedo- como filósofo- acallar la razón, el discurso en pro de creencias personales”, explicó el profesor, quien cree que el [colegio] Simón Bolívar es un escenario académico y no puede ser viciado por creencias personales.

Wow, estos cristianos son unos dechados en virtudes y decencia, ¿ehh? ¿Quién dudaría que la criatura que iba a golpear al profesor convaleciente le da el mejor ejemplo y crianza a sus hijos?

Las cosas han escalado tanto que Trujillo teme por su vida, y yo no lo culpo: no hay nada más peligroso que un creyente ardido ante la impotencia de no poder defender su fe de manera medianamente decente — para la muestra, Daesh.

Lo que hace Trujillo es admirable, pero si su vida corre peligro —¡y lo hace!—, es preferible que salve el pellejo y viva otro día para luchar. No vale la pena hacerse matar por quienes desprecian el conocimiento y la inteligencia — en últimas, son sus hijos los que se quedarán brutos; ese es el precio del reclutamiento infantil religioso.

(vía Ferney Rodríguez)

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Publicado en De Avanzada por David Osorio

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