lunes, 1 de abril de 2019

El agnosticismo humilde de Javier Santaolalla



Para quienes no lo conocen, Javier Santaolalla es un científico y divulgador científico español que desde hace unos años ha ganado cierta popularidad gracias a su canal de divulgación en YouTube Date un Voltio.

Santaolalla tiene otro canal, Date un Vlog, en el que publicó recientemente un video en el que aborda la pregunta de si existe un dios —sin especificar a cuál de los más de 3000 dioses que han sido adorados alguna vez se refiere—. Santaolalla dice ser un agnóstico, y en el video donde explica su postura decidió hacerlo yéndose lanza en ristre contra Richard Dawkins, y de paso dándole un arsenal a los promotores de la superstición. El inmodesto título del video es Refutando el ateísmo de RICHARD DAWKINS (cuidado, son 20 minutos que nunca recuperarán; y el volumen sube y baja arbitrariamente):


En los primeros 10 minutos, Santaolalla toma extractos de El espejismo de dios y defiende las dos modalidades de agnosticismo que Dawkins identificó en el capítulo "La miseria del agnosticismo".

El primer tipo de agnosticismo dice que dios no puede ser conocido, porque se sale del mundo natural y sus limitaciones, y que nunca podremos saber si existe un dios (o cuatro mil millones de ellos) porque no hay forma de saberlo... que para efectos prácticos es lo mismo que la inexistencia.

Santaolalla se enfoca en la redacción (o al menos en la obra final traducida) y se desgañita sobre una mención de Thomas Huxley, pero ignora el argumento que ofrece Dawkins. Lo que el biólogo evolutivo decía es que decir que no se puede saber si dios existe o no existe porque igual podría hacerlo sin que lo supiéramos es una falacia de punto medio. Vamos, que este tipo de agnosticismo tiene el mismo mérito que decir que en vista de que hay una postura atea y varias deístas y teístas, entonces la persona decide creer en semidioses, para darle así un poquito de razón a todo el mundo. Pero, claro, lo importante, cómo no, era la cita de Huxley y el pasado pretérito imperfecto que usó el traductor de la versión del libro que Santaolalla consiguió. ¡Por eso se equivoca Dawkins!

La segunda forma de agnosticismo identificada por Dawkins es la que defendió Stephen Jay Gould y su idea de los magisterios no superpuestos (o NOMA): que la ciencia trata de las preguntas de la existencia mientras que la religión trata de las preguntas sobre el sentido de la vida. Cualquiera con una pizca de honestidad intelectual sabe que la idea de magisterios no superpuestos de Gould es ridícula, pero posiblemente lo más chistoso de todo el asunto es que el video de Santaolalla está titulada según la "existencia" de un dios. Y, aún siguiendo la absurda y políticamente correcta fórmula de Gould, las cuestiones de la existencia son dirimidas por la ciencia.

Cuando Dawkins dice que le parece que el agnosticismo es intelectualmente miserable, Santolalla se revienta y responde con la carta de su supuesta humildad: "un agnóstico lo único que está haciendo es reconocer su capacidad limitada para aprehender algo tan trascendental como el mismo Universo". Ya, pero es que la ciencia existe precisamente para aprehender las cosas trascendentales, en vista de la limitada capacidad humana para hacerlo. Decir que un tema es "trascendental" no lo exime de ser abordado con las herramientas del método científico.

Santaolalla parece molesto por la sugerencia de Dawkins de que ser agnóstico de dios es tan intelectualmente honesto como ser agnóstico del ratoncito Pérez, Monesvol o la tetera de Russell. Pero, ¿por qué iba a ser más humilde ser agnóstico de la existencia de uno de los miles de dioses que los humanos han adorado, y no de Supermán o de la Unicornio Rosada Invisible? ¿Acaso una unicornio que es rosada e invisible al tiempo no es lo suficientemente 'trascendental' como para ser digna de la "humildad agnóstica" que Santolalla nos repite machaconamente y con el torso henchido de superioridad moral que es su virtud?

Para salirle al paso a la tetera de Russell, Santaolalla critica a Dawkins por ignorar las novedades de la Física Cuántica (seriously?), y vuelve al argumento de la trascendencia: mientras que una tetera es una cosa intrascendente, dios podría ser tan trascendente que esté jugando a las escondidas ocultándose tras las limitaciones de la observación humana y detrás de leyes naturales que aún desconocemos... que es un argumento perfectamente razonable para ser agnósticos de la existencia de la Unicornio Rosada Invisible, y cualquier otro personaje que nos salga de las narices con los suficientes poderes para estar en una película de Marvel. Esto es pura falacia del dios de los vacíos y argumento desde la ignorancia, condimentados con menciones de lo maravillosamente incomprensible que es la física cuántica. Hay que reconocer el talento de Santaolalla para transformarse en Deepak Chopra en un abrir y cerrar de ojos. ¡Ahh, la magia de la física cuántica!

Santaolalla hace un repaso de la escala Dawkins, y en vez de hacerle críticas pertinentes, arranca a despotricar contra el ateísmo porque le parece que es poco humilde. A estas alturas don Javier está tan embriagado de humildad y la superioridad moral que esta confiere, que en medio de su desvarío cita una de las peores cosas que dijo el gran Carl Sagan en su vida — que era a los ateos a quienes les correspondía probar la inexistencia de dios... y tan pancho. Es que cuando uno está imbuido de humildad, se pausa el método más confiable que hemos desarrollado para conocer el mundo y vuelven a aplicar las falacias de invertir la carga de la prueba y la de apelar a la autoridad. ¡Es como el feudalismo, sólo que con videos monetizados!

Santaolalla termina esta ensalada de falacias diciendo que la postura de Dawkins le parece "soberbia, arrogante, acientífica y casi que dogmática". Al menos la superioridad moral le queda a él solito.

En algún punto, el divulgador español pregunta envalentonado: "¿Dawkins, dónde está la humildad del quehacer científico?". Y no sé qué entienda él por humildad, porque hasta donde yo sé, la humildad del quehacer científico radica en que lo que se puede afirmar sin evidencias se puede descartar sin evidencias, y en que la postura por defecto de un científico es la negación en ausencia de evidencia cuando esta debería estar ahí. Pero qué voy a saber yo, que sólo conozco la mecánica del Bachillerato, y no tengo idea de la Física cuántica (¿estaré haciendo bien esto de la humildad?).

En fin, a juzgar por este video, a quien le falta esa humildad del quehacer científico no es precisamente a Richard Dawkins.

(vía Oscar | imagen: Quotefancy)

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Publicado en De Avanzada por David Osorio

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