martes, 28 de junio de 2022

Muerte por homeopatía



En India, el mejunje homeopático Arsenicum Album 30C (AA30) es preparado a partir de trióxido de arsénico, una sustancia altamente tóxica con el potencial de causar lesiones agudas y crónicas en múltiples sistemas orgánicos, principalmente en la piel, los pulmones, el hígado y los riñones. El preparado se prescribe muy liberalmente a adultos y niños, como un supuesto potenciador del sistema inmune, que presuntamente ayudaría a prevenir las infecciones por COVID-19.

Un grupo de investigadores presentó tres casos de lesión hepática aguda, que condujeron a la muerte de un paciente con cirrosis por esteatohepatitis no alcohólica (EHNA) subyacente, tras el consumo de AA30 para la prevención del COVID-19:

Un hombre de 70 años con cirrosis relacionada con esteatohepatitis no alcohólica (EHNA) compensada y diabetes mellitus consumió el IB homeopático AA30 según lo prescrito durante 12 semanas antes de la aparición de los síntomas. Presentó ictericia y distensión abdominal cuatro semanas después de la aparición de la pérdida de apetito y bienestar. El paciente no tomaba ningún otro agente hepatotóxico, ni medicamentos de venta libre, ni suplementos herbales o dietéticos. Las investigaciones revelaron la presencia de hiperbilirrubinemia conjugada, ascitis y coagulación anormal, sugestivos de insuficiencia hepática aguda-crónica (ICA). Se realizaron más investigaciones para identificar las causas conocidas de deterioro agudo de la cirrosis subyacente, incluida una biopsia hepática transyugular. Se descartaron meticulosamente todas las causas concurrentes de lesión hepática aguda. Entre ellas se incluyeron pruebas de infecciones: pruebas de inmunoglobulina M (IgM) para las hepatitis virales A y E; antígeno de superficie de la hepatitis B y anticuerpos IgM para el antígeno central de la hepatitis B; pruebas de ácidos nucleicos mediante reacción en cadena de la polimerasa para la hepatitis C; IgM para el herpes zoster y el herpes simple, citomegalovirus, parvovirus, virus de Epstein-Barr. Las pruebas completas de autoanticuerpos para la hepatitis autoinmune (AIH) fueron negativas. La evaluación de la causalidad de Roussel Uclaf (RUCAM) demostró una "probable" (puntuación 7) lesión hepática inducida por fármacos (DILI) y la puntuación simplificada de AIH fue inferior a 5, revelando que la causa de la lesión hepática aguda que condujo a la ICA fue el remedio homeopático, AA30. La biopsia hepática reveló necrosis hepatocítica multiacinar, inflamación linfocítica, neutrofílica y eosinofílica en ausencia de hepatitis de interfase, que eran predominantemente de base portal en el fondo de la cirrosis, lo que sugería una DILI. El análisis de los fármacos consumidos no pudo realizarse debido a la inadecuada disponibilidad de muestras. El paciente y su familia consintieron en que se realizara un análisis de arsénico en muestras de uñas y cabello, que reveló niveles extremadamente altos del metal pesado, lo que apoya la toxicidad por arsénico y la lesión hepática asociada en el paciente. La evaluación de las muestras de pelo y cabello de dos miembros de la familia (por debajo de los límites de detección, ya que el límite de detección del método es de 0,1 mg/kg), que vivían en el mismo hogar, no revelaron niveles que significaran un envenenamiento por arsénico de fuentes de agua o suelo. El paciente sucumbió a complicaciones relacionadas con la ICA, nueve meses después del diagnóstico inicial.

Las autoridades reguladoras de la salud, los médicos, la población en general y los pacientes deben ser conscientes de los potenciales daños asociados a la promoción a gran escala de sistemas médicos alternativos no probados durante una emergencia médica, a fin de prevenir una "epidemia" de DILI evitable dentro de la pandemia en curso. A pesar de que los remedios homeopáticos ultradiluidos, cuya ineficacia ha sido demostrada en un metanálisis a gran escala, se consideran seguros para su uso debido a la ausencia de cualquier compuesto activo más allá de la dilución 12C. No obstante, las malas prácticas de fabricación, el uso de formulaciones de tintura concentradas y la adulteración y contaminación de los remedios homeopáticos pueden seguir planteando una toxicidad considerable en personas predispuestas. Desde un punto de vista científico y basado en la evidencia, es imperativo que la población en general y las personas en riesgo comprendan que la vacunación sigue siendo el mejor armamento disponible contra el COVID-19 que ayuda a combatir la pandemia, y no los potenciadores del sistema inmune engañosos que no han sido puestos a prueba.
¿Que qué daño puede hacer la pseudociencia?

Bueno, pues aparte de ser un engaño a los consumidores, tener una eficacia brutal para separar innecesariamente a personas con problemas de salud de su dinero, invitar a que personas a quienes el sistema educativo les falló miserablemente renuncien a los tratamientos que sí funcionan, ayudar a socavar aún más la ya de por sí paupérrima confianza general en la ciencia y la medicina, y ayudar a empeorar el estado general de salud de la población, las pseudociencias también matan.

[...]

Para sorpresa de nadie, los individuos que no tienen ningún reparo en hacer pasar agua con azúcar por medicina tampoco se preocupan demasiado por ser rigurosos en sus preparados, y si se va arsénico en ellos, oops, pues igual no pasa nada, porque si entre más dilución mayor potencia, pues a lo mejor no le ven demasiado empacho a poner mayores concentraciones de arsénico en sus pócimas, porque eso significa que sería menos potente.

(vía Edzard Ernst | imagen: Curious Expeditions)

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Publicado en De Avanzada por David Osorio | ¿Te ha gustado este post? Síguenos o apóyanos en Patreon para no perderte las próximas publicaciones

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