Con la muerte de Savita Halappanavar en un hospital católico, donde no le realizaron un aborto, para salvar a un feto inviable, el mundo empieza a despertar.
En másdeunaocasión he explicado por qué la Iglesia Católica toma las posturas políticas que toma - todo se reduce al valle de lágrimas (que, vuelvo e insisto, es una cosmovisión heredada del platonismo).
Juan Gabriel Vásquez, uno de los buenos columnistas de El Espectador (que escasean), lo entiende y lo deja claro:
Esto es muy raro. Ayer el procurador general Alejandro Ordóñez presentó sus no-disculpas por mentir abierta y descaradamente sobre el derecho a abortar, y hoy, la mitad de la clase política, que piensan reelegir a ese esclavo mental de Benedicto XVI, de repente están a favor de ampliar los casos de aborto.
En varias ocasiones, la Corte Constitucional le ha permitido a Alejandro Ordóñez salirse con la suya y violar el estado laico y los derechos de sus subalternos.
Por fin, hasta hace unos días le ordenaron rectificar sus patéticas mentiras sobre los derechos sexuales y la salud reproductiva de las mujeres.
Sin embargo, Ordóñez ha salido con una no-disculpa:
Después de que la Corte Suprema de Justicia traicionó la democracia, postulando como posible ternado a Alejandro Ordóñez, ya vamos viendo las pocas salidas que nos quedan ante la posibilidad de que ese Torquemada vuelva a quedar elegido para defender los derechos humanos.
El primero en señalar lo inconstitucional de esta abyecta sumisión a la Inquisición fue Rodrigo Uprimny, al señalar que Ordóñez compró los votos mediante el nombramiento de los familiares de quienes lo pueden nombrar y lo tienen que investigar.
Ohh, el fascismo colombiano, escondido bajo bonitos eufemismos como Restauración nacional o Colombia grande, libre y en paz está que se muerde los codos porque en el Congreso cursan proyectos de ley que defienden las libertades individuales.
Entonces su estrategia ha sido recurrir a la superstición para aprovechar el miedo entre sus seguidores y exacerbar su intolerancia:
Resulta curioso cómo los autodenominados 'pro-vida' suelen ser conservadores sociales, machistas y misóginos, a quienes poco o nada les importa la vida de las mujeres.
Resulta que en Colombia, la ley dice que las mujeres tienen ciertos derechos sexuales y reproductivos, sobre los cuales, los funcionarios judiciales deben informarles de manera completa.
Los lunáticos religiosos y sus seguidores viven en campaña para hacer que las mujeres sólo sean máquinas de reproducción. Entre su barato y falaz arsenal antielección, se encuentra la noción de que todo tipo de anticoncepción es sinónimo de aborto.
Y ahora la Federación Internacional de Ginecología y Obstetricia (FIGO) y el Consorcio Internacional de Anticoncepción de Emergencia vienen a dejar muy claro que eso no es cierto cuando se trata del levonorgestrel [PDF], que es de lo que están hechas las píldoras del día después:
Como si Colombia no tuviera suficientes promotores de la discriminación, el odio, los prejuicios, las mentiras y la hipocresía, estamos en riesgo de ser visitados por uno de los más nocivos y repugnantes personajes que encarna todo esto en carne propia.
Mónica Roa ha sido la valiente abogada que ganó la demanda de inconstitucionalidad que le abrió la puerta a la despenalización del aborto en tres casos. Sobra decir que no es la persona favorita de los autodenominados provida (que en realidad son antielección).
Mañana se cumplen seis años de esa gloriosa (aunque incompleta) sentencia, la C-355/06, y coincidencialmente hoy hubo un atentado contra la oficina de Mónica:
Casi todas las veces que he mencionado al impresentable procurador Alejandro Ordóñez, lo he hecho recordando que es un aborto de la Inquisición o señalándolo de ser un remedo de Torquemada (Y que Torquemada me disculpe).
Después de haber pasado por México y Cuba diciendo que las culturas del narcotráfico y marxista eran obsoletas (como si la de creer en vírgenes que dan a luz no lo fuera), el Papa inició el Domingo de Ramos haciendo un llamado ambiguo, que puede ser interpretado de dos maneras.
Por un lado, puede ser un llamado a seguir en la línea católica anti-relativista o podría ser una invitación a abrazar el multiculturalismo. En todo caso le tomé la palabra:
Este país va de mal en peor. Mientras que en esta Semana Santa, los funcionarios públicos han destinado dinero de los contribuyentes a promover la superstición en todo el territorio nacional -desde el Jardín Botánico, hasta Antioquia, pasando por Girardot-, la Procuraduría, el órgano que debería investigar, juzgar y destituir por eso, está pendiente de otras cosas.
Resulta que para ese católico ultramontano que es el procurador Alejandro Ordóñez, es más importante velar por el bienestar económico de una EPS privada que por los dineros públicos que se utilizan para violar la Constitución:
Sin embargo, más esfuerzos nunca están de más. Esta vez traigo un artículo de Rafael Rivero, quien atendió a una charla de Abby Johnson en la Universidad Estatal de Colorado, en la que su oposición al aborto y sus motivos fueron dolorosamente ignorantes (como toda oposición al aborto) y que Rivero con elegancia le responde, ciencia en mano:
Hoy es el día de la mujer y yo tengo sentimientos encontrados. Por un lado, me parece que es una fecha importante y necesaria dentro de la lucha contra la misoginia.
A la vez, reconozco que hay círculos sociales y contextos en los que la igualdad ya ha alcanzado un estatus cercano al deseable y la fecha se va conviritiendo en algo contraproducente.