Hace unos días leí
en el diario El Espectador acerca de una terapia de desintoxicación en Hogares Claret a la que el Instituto Colombiano de Bienestar Familiar envía a los menores de edad a su cargo que han tenido problemas de adicción a las drogas.
En vista del carácter pseudocientífico de la terapia y de que además en dicha terapia se promovían ideas de caracter religioso, no consideré que fuera suficiente con
denunciar el hecho en un artículo, sino que acabo de llenar un formulario de contacto en la
página del ICBF con la siguiente misiva: