La semana pasada, el Congreso de EEUU aprobó la Frank R Wolf International Religious Freedom Act que enmienda la ley de libertad religiosa, para incluir protecciónes explícitas para los ateos:
Paul Tinari, víctima de una circuncisión obligada a sus ocho años, es un intactivsita -activista anticiruncisión- que en una entrevista para Vice contó de qué va la industria de la circuncisión:
ABC del Bebé es un producto de la Casa Editorial El Tiempo, con un público objetivo claro: los padres de familia que están empezando a recorrer el camino de la paternidad y no tienen la menor idea de nada.
Precisamente por ese motivo, por su especial atención a los neonatos, es que me alarmé cuando vi que le estaban dando difusión a la pésima decisión de la Academia de Pediatras de EEUU de considerar como beneficiosa la circuncisión.
Sé que las redacciones de los diarios nacionales están suscritas a las agencias de noticias y tienen acceso a ingentes cantidades de noticias científicas todos los días.
Pero El Espectador hace esfuerzos descomunales para promover prácticas salvajes e inhumanas. Ya habían promovido la circuncisión de una manera estúpida y anticientífica y ahora lo han vuelto a hacer:
La gloriosa sentencia de un tribunal de Colonia prohibiendo circuncidar menores de edad por motivos religiosos ya empieza a generar generar reacciones positivas, acogiendo la sabiduría de la decisión judicial.
¿Y qué posible motivo podría haber para oponerse a tan noble propósito? Ángela Merkel, jefe del gobierno alemán, encontró uno - "es que los demás no lo hacen":
Pues adivinen quién no está contento. Por supuesto, los fanáticos religiosos que creen que con base en sus creencias pueden cargarse la salud física (y emocional) de un infante. Y ese es el motivo por el que los rabinos europeos se están reuniendo:
Los multiculturalistas y los que veneran el sufrimiento están tratando de todas las maneras de que la circuncisión gane algo de respetabilidad más allá de ser el último recurso médico al que una persona debería recurrir, sólo en circunstancias muy específicas y particulares.
Lo último es tratar de argumentar que la circuncisión reduciría la transmisión del SIDA. Por supuesto, sólo son mentiras y Brian Earp de Oxford lo explica muy bien:
Me encanta que Alemania haya renunciado al multiculturalismo y se deje de tantas pavadas. Eso les ha permitido tomar decisiones más racionales, lógicas y respetuosas con los derechos humanos.
¡Ohh, no! Aquí hay algo para que los multiculti lloren.
Resulta que los líderes religiosos de Noruega (yo pensaba que no existía tal cosa, pero ya ven, hasta Noruega tiene timadores) están furiosos con Julia Klinge, política de la coalición de gobierno, que hizo un llamado para prohibir la circuncisión:
Que la ablación sea un problema serio y una práctica que debe ser confrontada, no significa que no haya otros rituales igualmente estúpidos que también deban ser erradicados.
¿Por qué? Porque por muy religiosos que sean, se cobran vidas humanas. Como por ejemplo, el rito de la circuncisión en el judaísmo. Es algo barbárico y ahora se ha cobrado la vida de un bebé, uno más: