
El Papa Francisco ha muerto, y según el relato católico debe estar tocando la puerta del Cielo en estos momentos, y finalmente reuniéndose con dios, a pesar de sus repetidos intentos por posponer el encuentro tanto como fuera materialmente posible.
Ahora empieza el circo para elegir al nuevo Papa, siguiendo el guión preestablecido para ello. Mientras la Curia finalmente es iluminada lo suficiente por la Paloma Violadora para que voten por el nuevo Pontífice, vale la pena hacer un rápido repaso del mandato de Jorge Mario Bergoglio al frente de la Iglesia Católica, y las cosas que seguramente los católicos barrerán bajo la alfombra cuando repasen el inventario de por qué Francisco I merece entrar al Cielo en vez de ser condenado al Infierno.