
Cuando todavía era presidente, el gobierno de Sarkozy le pidió a la Unión Europea que rechazara el maíz transgénico y para ello aprotó documentación fraudulenta, verdades a medias y estudios poco serios - la típica
documentación antitransgénica.
Afortunadamente la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA, sus iniciales en inglés) cuenta con gente competente que
pudo ver a través de les mensonges: