Esta semana, en Inglaterra se le dio el no definitivo al entierro de los desechos nucleares.
George Monbiot considera poco probable que se decida aprovechar esos desechos y que el Reino Unido renuncia a cualquier forma de energía nuclear, lo que traerá graves consecuencias:
La creencia de que ciertos animales -o sus partes- poseen propiedades mágicas ha incrementado salvajemente la caza y el maltrato animal, y ha conseguido poner en riesgo la diversidad de muchísimos ecosistemas.
Bueno, pues la flora no se queda atrás. La creencia japonesa de que existen ciertos árboles sagrados, los shinboku, ha conseguido que los estén matando masivamente, para vender su madera 'sagrada':
Los robots han sido útiles en la inspección de las áreas peligrosas de la planta de energía nuclear Fukushima Daiichi, pero un robot andante presentado por Toshiba se compromete a realizar tareas más complejas en el futuro:
Debido al accidente de Fukushima, en Japón se ha discutido seriamente sobre el futuro energético del país, llegando a conclusiones muy trágicas e ignorantes - han abandonado la energía nuclear.
En vista de que ayer fue 11 de septiembre, mi timeline en Facebook giró alrededor de tres temas: el partido, los ataques terroristas al World Trade Center y el golpe de estado de Pinochet (al respecto, he terminado leyendo la curiosa historia de cómo llegó Salvador Allende al poder).
No pretendo sonar muy alarmista ni apocalíptico, pero el mundo se enfrenta a una verdadera crisis. O mejor dicho, está provocando una verdadera crisis. Estamos tomando todas las malas decisiones y trabajando en contra de nuestros propios intereses.
Los retos ambientales son verdaderos desafíos y ya está aquí el último eslabón de la cadena de malas decisiones que se toman con respecto a estos - Japón decidió abandonar la energía nuclear:
Entre todas las razones por las que habría aconsejado no hacer un exorcismo (que habrían oscilado entre "Es una completa estupidez" y "No hay pruebas que demuestren la existencia de los demonios ni tampoco de que los exorcismos sirvan"), nunca se me habría ocurrido a mí que el supuesto poseído podría morirse.
Es triste ser testigo de cuándo la publicidad anticientífica se cuela en los discursos de los primeros ministros y presidentes. Como colombiano, no tengo grandes expectativas en cuanto a que 'mis' representantes digan burradas científicas. Los EEUU deben estar más que acostumbrados a las sandeces del creacionismo y de que reducir el gasto público los sacará de la deuda.
Este tema tiene tantas aristas que ni siquiera sé por dónde empezar.
Creo que empezaré por expresar mis más sinceras condolencias a quienes hayan perdido familiares y amigos en la tragedia y deseo que los que todavía no han aparecido, que aparezcan. Me parece completamente afortunado que mi amigo japonés, Naoki, se encontrara de viaje en un desierto, creo que de Europa, cuando sucedieron el terremoto y el tsunami.
Una vez hechas estas aclaraciones, pasemos a los regaños pertinentes:
Como primera medida, no puedo dejar de sorprenderme ante la increíble estupidez de algunos cristianos que aseguran que dios -su todopoderoso y benevolente- dios, quiso castigar a los ateos sacudiendo Japón.
Su ignorancia y arrogancia parece no conocer límites. Por ejemplo está esta usuaria de YouTube, Tamtampamela, quien subió un video titulado GOD IS SO GOOD (DIOS ES TAN BUENO), en el que básicamente le daba gracias a dios porque ella y su secta le habían rezado para que nos abriera los ojos a los ateos y en menos de un día él había tomado a Japón y lo había sacudido. Era tal su nivel de agradecimiento y emoción que dejó de lado sus fervientes ganas de rezar para hacer el video y contarle al mundo lo genial que es su dictador celestial (que al momento de escribir estas líneas va siendo responsable de aproximadamente 13000 desapariciones y de que cerca de medio millón de japoneses hayan perdido sus viviendas y ahora tengan que vivir en albergues).
El video fue tan públicamente repudiado que al buscar Tamtampamela en YouTube, se consiguen 474 resultados. Ante esta ola de impopularidad, la delirante fanática cerró su cuenta y borró el video. Por supuesto, se alcanzó a hacer por lo menos una copia de ese video que alguien volvió a subir para que no desaparezca otra prueba del atentado al más mínimo decoro y la decencia que la religión promueve en sus fanáticos.
Otra diciente muestra de estupidez la proporcionó el pastor pentecostal David Yoggi Cho, quien asegura que la desgracia fue la forma que tiene su amoroso dios de advertir a Japón por su alto índice de ateísmo. Es curioso que se ensañe con Japón, país cuya estadística tectónica es de casi un terremoto por día. ¿Por qué no con Finlandia y Noruega, países con mayor índice de ateos y menor índice de terremotos?
Ante tanta idiotez, un ateo ha creado la página God Hates Japan (Dios odia a Japón), en la que le pide a la gente que no sean cretinos y pone un enlace a una explicación científica -o sea, real- de por qué pasan los terremotos. También tiene vínculos a las páginas de la Cruz Roja y de Médicos Sin Fronteras en donde se pueden hacer donaciones que le sirvan a los japoneses en vez de que les lleguen elementos tan completamente inútiles y carentes de significado como, digamos, la Biblia.
Pero la estupidez religiosa no es la única que buscó carroña entre la catástrofe.
También hubo terrorismo mediático, propagando la desinformación con respecto al desastre lo que ha contribuido a que cunda el pánico sobre las centrales nucleares de energía.
El caso concreto es el de Fukushima, que se ha sobredimensionado.
Como primera medida, encuentro completamente recomendable ver la Guía para no meter la pata sobre la crisis nuclear de Japón, publicada en lainformación.com (además tiene una animación que proporciona aún más información visual a medida que se va de pregunta en pregunta).
Todo esto ha sido aprovechado por el oportunismo catastrofista para atacar una y otra vez la energía nuclear. Ese debate es necesario tenerlo, pero por el momento hay que concentrarse en informar de lo que pasa realmente y no darle rienda suelta a versiones interesadas.
Por supuesto, no estoy diciendo que no haya pasado nada y que todo el mundo puede seguir tan tranquilo y tan campante. No. Sí ha pasado, pero no me parece que haya que sacar las cosas de proporción. Fukushima evidentemente no resistió pero esa información no estaba disponible cuando empezaron a sonar las alarmas y a decir precisamente eso y a hacer ridículas comparaciones entre Fukushima y Chernóbyl (que también cuenta con sus propios mitos, exageraciones y desinformación).