Apenas supe que en Colombia se debatía una ley antirracismo,
me opuse porque sabía lo que eso significa en el fondo: censura. No me gusta el racismo, pero censurarlo no es la solución.
Ahora el
caso del diputado Rodrigo Mesa me da la razón.
Rápido resumen: Mesa dijo que meterle plata al Chocó (departamento con población mayoritariamente afrocolombiana) era como "meterle perfume a un bollo" y ahora todo el mundo ha hecho acopio de su falsa capacidad para indignarse y rasgarse las vestiduras y hasta anuncian un proceso penal.
Iba a referirme al caso, pero
Eladio se me adelantó: