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martes, 30 de julio de 2024

La cultura de la cancelación perjudica a los trabajadores



Hace unos días, Chemazdamundi publicó su respuesta a quienes le reclaman que no critica los disparates de la izquierda posmoderna, lo woke. Su argumento es que el tema no es de su interés particular, que hay temas más relevantes como la Economía, y que a fin de cuentas es un debate sobredimensionado del que se han aprovechado los machistas para disfrazar su intolerancia como una lucha contra los despropósitos woke. Una buena cantidad de razón no le falta: "Me he tirado años de pancarta y sindicalismo para pelear por más y mejores condiciones laborales como para que ahora me vengan los dos bandos a decirme que no, que lo importante es el lenguaje inclusivo o combatir el lenguaje inclusivo".

Hay, sin embargo, una categoría de temas woke que son más que triviales perdederas de tiempo o placebos de justicia, y que se prestan para atentar directamente contra los derechos de la ciudadanía o segmentos de la misma. El lenguaje incluyente perfectamente puede estar muy abajo en la lista de prioridades de alguien enfocado en la verdadera justicia, pero cuando a los niños se les priva del acceso a libros y materiales didácticos porque estos no están escritos en lenguaje suficientemente incluyente, en mi humilde opinión eso amerita que el tema suba algunos puestos en la lista de prioridades.

En esta categoría existen temas mucho más acuciantes. En el repaso de cómo la Justicia Social™ arruinó el ateísmo, expuse la manera en la que la cultura de la cancelación es particularmente perniciosa porque las personas más afectadas siempre son los individuos más desprotegidos — personas que no tienen dinero ni fama con los cuales sobrevivir a la cancelación. Y los eventos de las últimas semanas presentan una buena oportunidad para explorar este punto en mayor profundidad.

Tras el fallido intento de asesinato a Donald Trump, algunas personas publicaron en sus redes sociales que desearían que la bala hubiera segado la vida del candidato republicano o cosas por el estilo. Una tuitera particularmente repugnante se dedicó a cazar internautas que hubieran publicado este tipo de cosas, y a contactar a sus lugares de trabajo. Una de estas personas fue Darcy Waldron Pinckney, una dependiente de Home Depot, quien terminó siendo despedida por su publicación. (El administrador de programa de Uber Eric Cartrite y el chef de Michigan Cooper Graves también encararon panoramas similares.)

miércoles, 4 de marzo de 2020

Consejo de Europa rechaza "acomodación razonable" de religión en lugares de trabajo



Febrero de 2020 fue un mes importante para el laicismo en Europa. Primero, porque el presidente francés, Emmanuel Macron, defendió el derecho a la blasfemia (aunque lo hizo torpemente y regalándole la partida a la extrema derecha del país).

Mientras en Francia los seguidores de Mahoma trataban de enviara una adolescente al Más Allá de manera permanente, la Asamblea Parlamentaria del Consejo de Europa rechazó la recomendación de "acomodación razonable de la religión en el lugar de trabajo" — esta es una buena noticia.

¿De qué trata esto?

jueves, 25 de octubre de 2018

Diferencias de género por ocupación se amplían a mayor igualdad y oportunidades



La disparidad ocupacional —o sea que haya oficios ejercidos mayoritariamente por hombres y otros mayoritariamente por mujeres— y la brecha salarial —o sea que, de media, un sexo gane más que el otro— han sido motivo de acalorados debates, y no han faltado las sugerencias de que son producto de un sexismo inherente a la sociedad. También se han usado para decir que la ciencia es machista.

Sin embargo, las cifras no han sido amables con esta hipótesis, pues, en lo que se ha venido a conocer como la paradoja de la igualdad, resulta que la disparidad ocupacional se acentúa en países con más igualdad y oportunidades, mientras que se reduce en los países que privilegian cultural y jurídicamente a los hombres.

Una hipótesis alternativa, más en sintonía con la evidencia, es que con más igualdad y oportunidades, las personas pueden dedicarse a lo que les gusta y enfocar su trayectoria profesional en campos relacionados con sus intereses, y no necesariamente en carreras que les brinden mejores oportunidades de movilidad social y de satisfacer sus necesidades materiales. Esta hipótesis, por supuesto, resulta incómoda para quienes creen que todo son constructos sociales y rechazan la existencia de diferencias biológicas entre hombres y mujeres.

En últimas, es un choque entre los que creen que la igualdad sólo existe cuando hay igualdad de resultados (que todos ganen lo mismo, y haya el mismo número de hombres y mujeres en todos los trabajos) y quienes entienden que hay equidad en la igualdad de oportunidades, así las personas tomen decisiones diferentes que terminen en resultados distintos para cada quién.

Para zanjar el asunto, Armin Falk y Johannes Hermle estudarion a 80.000 personas de 76 países que participaron en una Encuesta Global de Preferencias y compararon los datos con variables nacionales como el PIB y los índices de desigualdad de género. Observaron que cuanto más igualdad de oportunidades tienen las mujeres, más se diferencian de los hombres en sus preferencias. El estudio acaba de ser publicado en Science — acá una traducción libre del abstract:

jueves, 17 de noviembre de 2016

La brecha salarial en Colombia



En EEUU, un cliché que se repite en todos los debates políticos es el de la brecha salarial: que las mujeres ganan 79 centavos por cada dólar que ganan los hombres. Aunque técnicamente es cierto, el dato es manipulado para ganar votos en nombre de una agenda pretendidamente igualitaria.

El problema con la cifra es que compara la totalidad de lo que ganan todos los hombres con la totalidad de lo que ganan todas las mujeres, sin controlar variables como estilos de vida, las grandes diferencias en preferencias ocupacionales entre hombres y mujeres, flexibilidad horaria, la industria y la experiencia. Cuando se controlan estas variables, resulta que una mujer igual de preparada y con la misma experiencia que un hombre suele ganar lo mismo en el mismo cargo; en ocasiones se mantiene una brecha de ocho centavos y en otras ellas ganan hasta un 7,9% más que los hombres en cargos similares.

En Colombia, el Departamento Administrativo Nacional de Estadística (Dane) publicó Brechas Salariales por Sexo: comportamiento para Asalariados e Independientes donde se señala que las mujeres ganan 20,8% menos que los hombres.

Interesado en saber qué señala esa cifra exactamente —y participar de la conversación con algún conocimiento de causa—, entré en el documento del Dane, donde se encuentra el dato en contexto:

miércoles, 9 de enero de 2013

¿Y si...


martes, 1 de mayo de 2012

El Día Internacional de los Trabajadores en Colombia

Hoy, al igual que todos los primero de mayo, se celebra el Día Internacional de los Trabajadores.

Creo que sería redundante escribir un artículo al respecto, cuando ya contesté lo que opino de este festivo en el contexto colombiano:

miércoles, 11 de enero de 2012

En el horóscopo no encontrarás trabajo...

... pero podrías perderlo. Eso es, claro, si eres mano de obra no calificada que va a regalar su fuerza de trabajo en empresas en China dirigidas no sólo por avaros sino también por irracionales personajes.

Pues de alguien que tiene creencias irracionales cabe esperar comportamientos irracionales. ¡Sí, incluso por creer en el horóscopo!

Para la muestra, un botón:

lunes, 11 de abril de 2011

Colombia, Banana Republic: Educación y Trabajo en la Cárcel y otras consideraciones

Colombia es un país que se ha caracterizado por tener altos índices de criminalidad pero muy bajos índices de educación.

Hace unos días comentaba con una amiga el tema del estudio y el trabajo en la cárcel como beneficios para reducir la condena. Así que es una total coincidencia que ahora se anuncie un 'revolcón' a los beneficios carcelarios por educación y trabajo y, por supuesto, siguen enfocándolo mal:

El ministro del Interior y de Justicia, Germán Vargas Lleras, explicó que principalmente se propenderá que los beneficios que reciben los detenidos por trabajo y estudio sean controlados.

La idea es que se cree un estricto sistema de redención de penas por estudio, basado en logros y no simplemente en horas de asistencia.

"En el futuro sólo el interno que obtenga los logros en los distintos programas académicos podrá ser beneficiario de redenciones de penas por estudio", explicó.

Eso es un error del tamaño de una catedral. Probablemente muchos de los internos terminaron en las cárceles por falta de oportunidades y aquí las están presentando una vez más como si fueran alguna especie de trofeo, al que sólo unos cuantos pueden acceder. Estudiar y trabajar deben ser obligatorios.

Este es un país que tiene servicio militar obligatorio. ¿Por qué cargar armas y seguir órdenes de una manera completamente acrítica es obligatorio mientras que se deja como opcional y voluntaria la mejoría personal que a la vez puede prestar cierto adelanto a la sociedad?

No debería existir ninguna exención ni beneficio por estudio o trabajo. Ni siquiera con buenas o malas calificaciones. Lo que debería haber es un régimen educativo y laboral para todos los reos.

De esta forma es probable que se redujera la reincidencia en algún grado y que la rehabilitación -que es lo que se supone que hacen las cárceles- empezara a cobrar una mínima vigencia -que ya sería algo-.

Pero no. Este país siempre ha sido mezquino y renuente a darle a los más necesitados las herramientas necesarias para salir adelante: se planea reformar la Ley 30, con lo que empieza el proceso de privatización de la educación y se está impulsando la Ley Lleras que busca frenar el libre acceso al conocimiento y la cultura. Con este nuevo Código Penitenciario hacen la tripleta: sigamos aumentando la brecha social.