Es que en Colombia, el crimen sí paga: los negociodares de las Farc disfrutan de todos los lujos burgueses de los cuales reniegan en sus anacrónicas y estúpidas arengas.
Y por si nos faltaran asesinos en Colombia, Canadá nos tiene la solución: han aprobado la exportación de armas de asalto automáticas a esta manigua, en virtud del Tratado de Libre Comercio que Colombia firmó con el país del norte.
Álvaro Uribe Vélez salió en defensa de los sindicalistas... más o menos: en realidad, aunque los odia y sus políticas fueron lo más de peligroso para los sindicalistas (y sus amigos paramilitares mataron sindicalistas), Uribe los utiliza para decir que están siendo asesinados por las Farc (?) gracias a la ineptitud del gobierno de Santos. (Y por cierto, ¿dónde queda la ineptitud de Uribe, que no acabó con las Farc, en primer lugar?)
La comprensión de lectura entre los estudiantes de primaria en Colombia es básicamente inexistente.
La guerrilla terrorista del ELN hace pataletas porque nadie les pone atención. Ahora secuestraron a seis trabajadores de una empresa minera y en una poniendo de manifiesto una vez más su total ausencia de lógica, dicen que si sus rehenes mueren será culpa del Ejército (?).
La Iglesia se sigue metiendo en los asuntos del Estado y ahora lloriquean porque el Consejo de Estado garantizó un poquito los derechos de las mujeres.
El prófugo de la justicia Luis Carlos Restrepo -el doctor ternura-, dice que no hay garantías para su regreso al país. Así es, señor Restrepo: los procesos penales se basan en las evidencias, no en garantizar la impunidad.
La guerrilla terrorista de las Farc, en ese show mediático a través del cuál pacta la impunidad con el Gobierno, propuso "legalizar algunos cultivos ilícitos". Se joden - que los legalicen todos y así se le acaba el negocio a esta mafia.
Después de que el Gobierno nacional propuso despenalizar las drogas sintéticas, los conservadores se oponen, por supuesto. No se puede esperar una postura diferente del Partido del sufrimiento y la miseria. También se opone Alejandro Ordóñez, la puta del Vaticano. Y Uribe, quien considera que permitir que los seres humanos usemos nuestras libertades, de alguna forma, "conducirá a esclavizar la juventud". Y es que sólo en el mundo uribista, carente de cualquier atisbo de sentido común, más libertad equivale a esclavitud.
La defensa del proyecto que hizo la ministra de Justicia, Ruth Stella Correa, fue lamentable: "Debemos aceptar que Colombia es un país consumidor", dijo. No - ¡es hora de aceptar que la prohibición es una estupidez! Pero no, Santos sigue empeñado en la "lucha contra las drogas" y le pidió ayuda a Europa.