En Rusia, el país con delirios de grandeza que busca erigirse como 'alternativa' de potencia al mundo ilustrado, libre e igualitario que más o menos —y con muchas imperfecciones— nos ofrece Occidente, la teocracia sigue vigorosamente fuerte:
En su sermón más reciente, el patriarca Kirill —líder de la Iglesia Ortodoxa Rusa— destapó sus cartas y dejó muy claro que está en contra de los Derechos Humanos:
El patriarca Kirill, líder de la Iglesia Ortodoxa Rusa —e íntimo de Vladimir Putin— aseguró en estos días que Daesh (o el Estado Islámico) es producto del laicismo y los desfiles gays:
Ese espacio fue aprovechado por Yekaterina Samutsevich para hacer una declaración denunciando las relaciones entre la Iglesia Ortodoxa Rusa y el gobierno de Putin:
En un juicio-espectáculo, tres mujeres del grupo musical ruso Pussy Riot fueron condenadas en su propio país, por dos años, por blasfemar y lanzar arengas contra ese desagradable personaje que es Vladimir Putin.
Ohh, vaya. Esto sí que es embarazoso. ¿Cuánta gente seguirá creyendo en una religión cuando se demuestra convincentemente su falta de escrúpulos y que mienten más que un político en campaña? ¿Por qué lo harán?