Apenas nació la idea de una marcha por la ciencia, me pareció emocionante pues, salvo el movimiento escéptico, no sé de ninguna otra iniciativa ciudadana que busque defender la ciencia, esa única y maravillosa herramienta que nos permite conocer la realidad objetiva y mejorar nuestra experiencia en el mundo conforme ese conocimiento.
A medida que pasaban los días, fue claro que la "Marcha por la Ciencia" realmente era un nido de posmodernismo y anticiencia cuya única relación con la ciencia es que admite la existencia del cambio climático y su componente antropogénico — lo que siempre resulta curioso, viniendo de gente que insiste que la realidad objetiva no existe o que hay diferentes tipos de realidades.
Para mi sorpresa, la dizque Marcha por la Ciencia, ha tenido buena acogida en el mundo hispanohablante, y como la marcha se realizará este sábado, parece apropiado señalar los últimos disparates con los que han salido sus organizadores.