Esta es una traducción libre del artículo The New Political Christianity, por Adam Wakeling, publicado originalmente en Quillette el 30 de junio de 2024
Si el cristianismo es falso, ningún hombre honesto querrá creer en él, por muy útil que sea; si es verdadero, todo hombre honesto querrá creer en él, aunque no le proporcione ninguna ayuda.
~ C.S. Lewis
C.S. Lewis es el apologista cristiano más conocido del siglo XX. Él dedicó décadas a producir libros, artículos, discursos y alocuciones radiofónicas que pretenden persuadir a lectores y oyentes de que el cristianismo es verdadero. Sin embargo, nunca intentó demostrar que la religión es agradable, beneficiosa o útil. De hecho, no tuvo reparos en reconocer lo contrario. "No hay medias tintas", escribe sobre el mensaje de Cristo en Mere Christianity, explicando cómo los cristianos deben entregarse por completo a la fe, sean cuales sean los retos a los que se enfrenten al hacerlo. Él sabía que la gente tenía problemas comprensibles para aceptar las afirmaciones de milagros y seres sobrenaturales, y para conciliar las incoherencias bíblicas, y que él necesitaba abordar estas objeciones de frente.
A pesar de los esfuerzos de Lewis y sus sucesores, el cristianismo ha seguido disminuyendo en Occidente. Estados Unidos es el país más cristiano del Occidente desarrollado, e incluso allí el número de estadounidenses que no profesan ninguna religión se ha duplicado en los últimos veinte años. Los apologistas cristianos han perdido en gran medida la batalla por los corazones y las mentes frente a pesos pesados del ateísmo militante como Richard Dawkins, Sam Harris y Christopher Hitchens.
Pero el cristianismo ha ganado recientemente algunos nuevos defensores. Y en contraste directo con el enfoque de C.S. Lewis, sus defensas de la religión se basan en gran medida en el argumento de que el cristianismo es socialmente útil o incluso esencial.