Ohh, acaba de ocurrir una catástrofe. Al parecer, en Tolima es sacrilegio, o está prohibido, o resulta escandaloso que los menores de edad tengan alguna idea de anatomía humana. Pero esa no es la tragedia.
La mentalidad feudal sigue inundando el país. Y no es broma o un juego de palabras. Es así, literal: la mejor explicación a por qué el invierno azota las ciudades y los pueblos del país es porque aquí no se hace nada por evitarlo.