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viernes, 14 de septiembre de 2012

Otra vaticagada de César Mauricio Velásquez

Desde hace un tiempo he venido insistiendo en que César Mauricio Velásquez no sabe para qué son las embajadas y que el tipo sólo está en la embajada del Vaticano de lamezuelas. Y el tipo se empeña en darme la razón.

Por ejemplo, ahora resulta que gracias a su gestión, el Vaticano dispondrá uno de sus templos de culto a la ignorancia sólo para el país:

miércoles, 9 de mayo de 2012

¡Yo no te espero!

Como si Colombia no tuviera suficientes promotores de la discriminación, el odio, los prejuicios, las mentiras y la hipocresía, estamos en riesgo de ser visitados por uno de los más nocivos y repugnantes personajes que encarna todo esto en carne propia.

El mismísimo Benedicto XVI, patrón de los pederastas, desea venir a Colombia:

miércoles, 18 de abril de 2012

¿El puesto adecuado para César Mauricio Velásquez?

¡Miren, el Papa cumple 85 años! ¿Quién lo diría? Uno pensaría que el vejete se había cansado de acumular años, que vivir en la máxima opulencia y ordenar promover la discriminación y la desigualdad en el mundo son trabajos extenuantes que no dejan tiempo para esas cosas. Pues va uno a ver y no. Ser el máximo capo de una multinacional del crímen deja tiempo para celebrar el paso del tiempo.

Benedicto cumple años y Colombia tenía que ofrecerle un detalle de fina coquetería:

lunes, 16 de enero de 2012

Para esto no son las embajadas

¿Qué podía ser peor que la sangre de ese cretino que fue Juan Pablo II viniera al país como reliquia?

Pues que la dichosa gira hubiera sido gestionada por medio de un funcionario del Estado colombiano en ejercicio de su cargo. Que fue lo que pasó:

sábado, 13 de agosto de 2011

Colombia sigue los malos pasos de la Madre Patria

En España se están gastando un dineral para recibir al encubridor de pederastas número uno, como si se tratara de una figura realmente reverencial y no un pobre gurú de la estupidez occidental y un cómplice de criminales violadores de menores de edad. Sí. Le van a subsidiar parte de la visita al Papa Benedicto XVI -el pobre, que no tiene ni un euro-.

Colombia no se podía quedar atrás ya que también ha puesto dinero de sus impuestos para promover la superstición de una ignorante parte de la población: