domingo, 8 de diciembre de 2019

¿Son los hombres más chistosos que las mujeres?



Antes de su prematura muerte, el gran Christopher Hitchens publicó un artículo sobre por qué las mujeres no son chistosas — aunque la indignación fue masiva (y dio lugar a un artículo de seguimiento en el que Hitchens se defiende de los ataques y dobla la apuesta), pocos se tomaron la molestia de ir más allá del título y ver que el argumento de Hitch era que hay una explicación plausible de por qué, en promedio, los hombres son más divertidos en su producción humorística que las mujeres: a saber, porque los hombres usamos la producción humorística para impresionar a las mujeres, mientras que este aspecto no hace parte del repertorio de cortejo de ellas. O, puesto de otra forma, mientras ser divertido es un rasgo que definitivamente puede acercar a un hombre a un encuentro sexual, los hombres en general no nos fijamos en qué tan chistosa es la producción humorística de una mujer a la hora de considerarla como una pareja sexual en potencia.

Los investigadores Gil Greengross, Paul Silvia y Emily Nusbaum acaban de publicar el primer metaanálisis cuantitativo sistemático sobre las diferencias de sexo en la capacidad de producción humorística en el Journal of Research in Personality, y parece que Hitchens no estaba demasiado equivocado.

Greengross explica en su blog en qué consistió el estudio y los resultados que obtuvieron:

En nuestro caso, sólo se incluyeron estudios que evaluaron objetivamente la capacidad humorística. Se excluyeron los estudios en los que las personas evaluaron su propia capacidad de humor, ya que la mayoría de las personas creen que tienen un sentido del humor por encima de la media. Tampoco se incluyeron los estudios en los que el evaluador conocía el sexo de la persona. Por ejemplo, el sexo de un profesor puede tener un efecto sobre qué tan gracioso se percibe que es.

Nos centramos entonces en estudios en los que se evaluó objetivamente la capacidad humorística de hombres y mujeres. ¿Qué significa esto? En un estudio típico que cumplía con nuestros criterios de inclusión, los sujetos fueron presentados con un estímulo, a menudo una caricatura sin texto. Luego se les pidió a los sujetos que le escribieran una frase divertida. Más tarde, los jueces independientes calificaron en una escala (por ejemplo, 1-5) qué tan divertidas eran las respuestas. La clave para estas tareas es que los calificadores no sepan nada sobre quiénes producen el humor, incluyendo su sexo. Tales comparaciones son más confiables y válidas, y elevaron nuestra confianza en que estamos midiendo la verdadera capacidad humorística con poca influencia de los estereotipos.

Pudimos encontrar 28 estudios con 36 muestras independientes que cumplieron con los criterios. La muestra combinada incluyó 5,057 participantes (67 por ciento mujeres). Los estudios fueron de varios países (EEUU, Reino Unido, Hungría, Alemania, Israel y más). La mayoría de los datos (60 por ciento) provenían de datos que nunca antes se habían publicado en una revista revisada por pares, lo que ayuda a minimizar el efecto del sesgo de publicación.

Luego calculamos las diferencias de sexo en la muestra combinada y encontramos que los hombres eran, en general, clasificados como más divertidos que las mujeres. ¿Qué tan grande fue la diferencia? En términos técnicos estadísticos, el tamaño del efecto fue de 0,32, o aproximadamente un tercio de la desviación estándar. En términos sencillos, esto significa que el 63 por ciento de los hombres obtienen una puntuación superior a la capacidad humorística media de las mujeres. Esto se considera una diferencia pequeña a media.

También buscamos una larga lista de posibles variables de confusión que pudieran explicar la diferencia. Los países de donde provienen los datos, el sexo de los autores que realizan la investigación, la edad de los participantes, si había más hombres o mujeres que juzgaban el humor — ninguno de estos hizo una diferencia en nuestro análisis.

¿Qué significa todo esto? Significa que, según nuestro leal saber y entender, en promedio, los hombres parecen tener una mayor capacidad de producción humorística que las mujeres.

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¿Por qué los hombres tendrían mayor capacidad humorística promedio que las mujeres? Es posible que la opinión de que las mujeres son menos graciosas sea tan generalizada que las fuerzas sociales desalientan a las niñas y a las mujeres a desarrollar y expresar su humor, lo que hace que sea menos probable que una mujer sea percibida como graciosa. Sin embargo, hay poca evidencia que apoye la opinión de que nuestra sociedad suprime la producción y exhibición de humor por parte de las mujeres.

Por otro lado, la evidencia sugiere que el humor juega un papel importante en el apareamiento, con una fuerte base evolutiva. Como he explicado en posts anteriores, las mujeres, que asumen los costos más elevados de la reproducción (embarazo, lactancia materna), son más selectivas que los hombres a la hora de elegir una pareja. Las mujeres tienden a buscar varios indicadores de la calidad de las parejas, y uno de ellos es un gran sentido del humor. El humor está fuertemente correlacionado con la inteligencia, lo que explica por qué las mujeres valoran a los hombres con un gran sentido del humor, ya que la inteligencia fue crucial para la supervivencia a lo largo de nuestra historia evolutiva cuando vivíamos principalmente en grupos de cazadores-recolectores.

Los hombres, por otro lado, prefieren a las mujeres que se ríen de su humor. Esto significa que a lo largo de nuestra historia evolutiva, los hombres probablemente tuvieron que competir más duramente con otros hombres para impresionar a las mujeres con su sentido del humor. Mucha evidencia apoya este punto de vista, mostrando lo importante que es para las mujeres encontrar a un hombre con un gran sentido del humor, mientras que los hombres generalmente no dan un alto valor a la capacidad de producción humorística de las mujeres.

No está de más recordar que estos resultados son promedios, que son descriptivos y no prescriptivos, que no significan que no haya hombres cuya producción humorística deje bastante que desear, o que no haya mujeres con una producción humorística absolutamente maravillosa y por encima de la media de los hombres — estos resultados tampoco dicen nada sobre ningún hombre o ninguna mujer en particular.

La producción humorística de cada quién debe juzgarse por sus méritos individuales, en vez de aspectos sobre los cuales las personas no tenemos control, como el sexo con el que nacemos.

(vía Gurwinder Bhogal)

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Publicado en De Avanzada por David Osorio

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