Hay personas, delirantes, que creen que decirle a un niño que dios no existe es de alguna forma ofensivo con ellos. Pero resulta que es al revés: quienes los atemorizan con que tienen que amar a alguien que de lo contrario los enviará al Infierno (o sea, tienen que amar a quien, además, deben temer) son los que torturan mental y emocionalmente a los menores.
Sin embargo, la gran mayoría de las personas le habla a los niños de la existencia de dios (de su dios) como si fuera lo más normal del mundo. Para la muestra, las primeras cuatro preguntas de cómo ven los niños a sus mamás parten de la hipótesis de dios:
Sin embargo, la gran mayoría de las personas le habla a los niños de la existencia de dios (de su dios) como si fuera lo más normal del mundo. Para la muestra, las primeras cuatro preguntas de cómo ven los niños a sus mamás parten de la hipótesis de dios: