Las mujeres son las principales víctimas de violencia doméstica y maltrato, pero asumir que son las únicas víctimas desatiende el problema de fondo —la violencia— y deja por fuera del panorama a los hombres que han sido víctimas, lo que perpetúa el estereotipo y crea un círculo vicioso de discriminación — es preocupante que sólo un 10% de los hombres que sufren maltrato lo denuncia.
El Tiempo tiene un artículo que retrata muy bien el problema: