El lunes, las Farc liberaron a 10 miembros de la Fuerza Pública que habían secuestrado hacía 14 años y a quienes tenían viviendo en condiciones infrahumanas.
Estos policías y militares pronto entrarán en la desmemoria colectiva y nunca más se sabrá de ellos, hasta cuando algún diario decida poner de manifiesto la ingratitud del Estado colombiano.
De hecho, la ingratitud ya ha empezado, pues su regreso a la libertad se está celebrando mediante la violación de la Constitución, esa Constitución que ellos defendían cuando fueron privados ilegalmente de su libertad:
Estos policías y militares pronto entrarán en la desmemoria colectiva y nunca más se sabrá de ellos, hasta cuando algún diario decida poner de manifiesto la ingratitud del Estado colombiano.
De hecho, la ingratitud ya ha empezado, pues su regreso a la libertad se está celebrando mediante la violación de la Constitución, esa Constitución que ellos defendían cuando fueron privados ilegalmente de su libertad: