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lunes, 7 de mayo de 2012

Me gradué de RCN

Hace dos semanas fue la graduación del Taller de Lectores Jr. que tomé con algunos de mis condiscípulos en RCN.

En la página del Externado está toda la información (aunque faltaron muchas fotos...):

martes, 17 de abril de 2012

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martes, 14 de febrero de 2012

Los 5 personajes masculinos más ridículamente sexistas

Además de salir en defensa de las superheroínas sexys, creo que una buena forma de contrarrestar ese feminismo enemigo del erotismo y la sensualidad, que censura cualquier muestra de interés sexual, es poniendo el caso al revés.

Que los hombres y las mujeres cambiemos de lugar por un momento. Y no es mala idea. Si existen los 5 disfraces de superheroínas más ridículamente sexistas, también puede existir una denuncia igual pero al revés. Vamos a ver.

domingo, 12 de febrero de 2012

Ni Chespirito, ni Cantinflas

Nunca me han gustado los personajes de Roberto Gómez Bolaños.

Hasta el día de hoy, no sabía decir exactamente por qué. Decir que su humor se me hacía malo es quedarme corto. Era una cosa perversa a la que yo nunca le encontré sentido.

Ahora, Mauricio-José Schwarz echa un poco más de luz sobre ese pésimo sentido del humor de Chespirito, el Chavo del Ocho y demás personajes y por qué me causan tanta repulsión:

viernes, 10 de febrero de 2012

Un poco sobre la farándula nacional

La verdad, no me siento ni un poquito atraído o interesado por la farándula nacional. La única vez que le vi utilidad fue en un paseo en el que fui a Valledupar a hacer un intento de documental sobre uno de los hijos de Diomedes Díaz... en pleno festival vallenato.

De resto, he de admitir que no me ha interesado lo que pase en la farándula nacional desde que Catalina Aristizabal renunció a RCN. Sí, hace mucho. Ahora, un lector me pide que dé mi punto de vista sobre la polémica entre Jota Mario Valencia y Gregorio Pernía. Se supone que hoy estoy aquí para eso.

miércoles, 8 de febrero de 2012

Victoria multiculti en Irán

Un país en el que tratan a las mujeres peor que a las mascotas y las ven exclusivamente como aparatos reproductivos, en el que hay un código de vestimenta elevado al nivel de la ley y en el que adoran a un represivo, vengativo, celoso y genocida amigo imaginario, es el mejor caldo de cultivo para la censura de ideas diferentes y perpetuación de retrógrados sistemas sociales... aquello que los multiculti llaman "sagrada cultura".

Por eso no es de extrañar que Irán haya prohibido la venta de muñecos de Los Simpson:

domingo, 29 de enero de 2012

Adiós Mónica Agudelo

Murió Mónica Agudelo.

Durante mi paso por RCN, donde leí y corregí guiones, uno de los proyectos que siempre me alegraba que llegara era el de Mónica.

martes, 15 de noviembre de 2011

El cliché más detestable de la ciencia ficción

Siguiendo con mis pinitos de crítica audiovisual, hay un tema al que le vengo dando vueltas y no sabía muy bien cómo introducirlo. Afortunadamente Charlie November de ALT1040 anotó los cinco clichés de ciencia ficción que no nos importaría perder de vista y es ahí, en esa categoría, en donde cabe perfectamente mi reflexión.

El cliché de ciencia ficción que a mí no me molestaría perder de vista es el neoludismo. A ver me explico:

miércoles, 2 de noviembre de 2011

Charlatanería en escena

No sólo los vendedores de aire se lucran de la ignorancia, el miedo y la angustia de los incautos.

Los canales de televisión también han caído en eso. Desde History Channel hasta los canales privados colombianos.

Este es el tipo de contenido que las empresas mediáticas más grandes del país están promoviendo.

jueves, 20 de octubre de 2011

La censura acecha a la televisión en Colombia

La Comisión Nacional de Televisión (CNTV) era un órgano independiente y corrupto que le costaba millonadas de pesos al estado colombiano y cuyos altos funcionarios cobraban sospechosamente altos sueldos por un trabajo relativamente sencillo y muy mal hecho, toda vez que los canales -los campeadores dos canales privados- siempre hacían lo que se les daba la gana: poner banners que ocuparan la mitad inferior de la pantalla, correr su programación sin ningún tipo de aviso, recortar las películas como si se tratara de Ed, Manos de Tijera haciendo alguna travesura -¡y siempre quitando las escenas ni siquiera de sexo sino tan simplemente eróticas o sugerentes!-, etc.

Por todas estas razones la CNTV se ganó una merecida desarticulación y en el Congreso decidieron que sus funciones pasarían a depender de tres órganos. Ahora, gracias a mi profesor de Legislación en Comunicación, Juan Carlos Garzón, quien hace parte del sindicato de la CNTV, me entero de que la regulación de la televisión quedará completamente en manos del gobierno:

miércoles, 5 de octubre de 2011

Notas sobre cómo no empezar de nuevo

Ayer fue la primera transmisión -por televisión, en Colombia- de la serie Terra Nova.

El argumento es algo sencillo aunque bien logrado: en el 2149 se descubre cómo viajar al pasado y gracias al cambio climático toca volver a empezar la civilización, en un lugar nuevo (me pregunto qué dirían los republicanos de ese futuro). ¿Y qué mejor lugar nuevo que la Tierra 85 millones de años antes? Bueno, a medida que avanzaba el capítulo -que fue un ejercicio de volver a prender la televisión- anoté mentalmente ciertos problemas [Alerta. SPOILERS]:

martes, 7 de junio de 2011

¿Cómo funciona la TV? Guía para la Derecha y la Izquierda

No sé cuántas veces lo habré dicho, pero sé que es algo que me tocará repetir por el esto de mi vida, así que lo digo por n-ésima vez: ¡¡¡que no! La televisión no manipula! Ni es un medio de comunicación al servicio de ninguna ideología!

A pesar de esto, tanto la izquierda como la derecha, ignorantes de los avances en las teorías de la comunicación, se han empeñado en que este medio es un vehículo de la ideología contraria a su signo, demostrando una completa falta de conocimiento del medio, supina ignorancia y poniendo de manifiesto una visión del ser humano utilitarista y degradante.

Vamos a poner unas cuantas cosas claras.

domingo, 29 de mayo de 2011

¡Escépticos!


Creo que mi primer acercamiento al escepticismo -después del profundo desprecio por la religión- vino de la mano del programa Penn & Teller: Bullshit! (y la primera grata sorpresa que me llevé al abrir el libro dios No es Bueno de Christopher Hitchens fue el hecho de que el autor le dedicara esas páginas al dúo ilusionista y escéptico de Penn y Teller).

Nunca pensé que podría haber un programa en español parecido, pero me equivoqué.

martes, 19 de abril de 2011

Puede contener escenas de sexo


Supongo que lo primero que tengo que decir es que yo no veo televisión. La televisión, me sirve para jugar PlayStation, ver películas -en DVD o VHS- y para conciliar el sueño. No más.

No soporto los comerciales ni mucho menos los recortes que en la televisión nacional le hacen a los momentos clímax de las películas, ni la publicidad invasiva con banners semitransparentes que ocupan la mitad de la pantalla durante los programas y ciertamente soy muy crítico de los contenidos, en especial de los de la televisión nacional.

Me siento en la obligación de advertir que tengo una especie de práctica o pasantía en un canal de televisión nacional, en la que califico una pequeña porción de los productos que van a salir al aire en el futuro. Aporto mi granito de arena para hacer de la televisión nacional algo mejor.

No obstante suelo estar en contra de las constantes críticas que otros hacen de la televisión.

Esto es por una sencilla razón: mis críticas son en cuanto a narrativas y políticas de transmisión.

Tengo muy claro que la televisión es un medio de comunicación cuya única función es entretener. No es enseñar, no es educar, no es transmitir valores, ni nada parecido. Por eso considero que la gran mayoría de críticas que le hacen a la televisión son infundadas.

La más frecuente es esa queja de que representa mal al país, que le da mala imagen ante el mundo, que nos hace quedar como un país del tercer mundo. ¿Acaso está diciendo mentiras? Las narconovelas, por poner un ejemplo casi al azar, son relatos -de ficción, eso sí- que narran una parte de la realidad colombiana. Yo me preocuparía mucho más por cambiar la realidad del país antes de empezar a exportar una mejor imagen.

Pero este artículo es sobre la segunda queja más frecuente que dice que la televisión -entre otras- está implantando una serie de estereotipos de belleza que deben ser combatidos. ¿Habrá una utilización más absurda y falaz del feminismo? (De hecho, sí la hay). Yo estoy de acuerdo con que las mujeres tengan igualdad de derechos e igualdad de oportunidades.

Pero eso es una cosa y otra muy distinta es que alguien nos haya escrito a fuego en el cerebro cuál es el ideal de belleza que nos debe gustar y que debemos perseguir.

(Comentario al margen: otra idea falsa es que se tiende a confundir el gusto físico con el romance. No son el mismo interés y no se deberían confundir. Antes, deben estar debidamente diferenciados. Pero sigamos...)


También hemos visto a hombres musculosos y con perfectos six-packs en las pantallas de televisión y no abundan los reclamos de los hombres por la utilización de un modelo que no todos pueden alcanzar.

Verse bien es todo un arte. Como seres humanos estamos en nuestro derecho a querer vernos como mejor nos sintamos con nosotros mismos y tener la apariencia que mejor esté en sintonía con nuestro ser. Es lo más natural del mundo.

Además, hay una poderosa razón biológica detrás: la evolución nos dotó con un cerebro que busca principalmente la preservación de la especie (y del código genético particular) y eso se traduce en la reproducción, lo que hace que la apariencia tome gran relevancia a la hora de las relaciones sociales y sexuales (en la gran mayoría de interacciones sociales, el primer contacto con el otro es el contacto visual).

No es como si las personas decidiéramos voluntaria o inducidamente lo que nos gusta. Las mujeres no saben por qué les gustan los tipos malos, mujeriegos, los famosos, los que tienen poder (respuesta: porque todos esos son indicadores de que le puede garantizar a su descendencia seguridad y estatus que a nivel subconsciente ellas relacionan con buenos genes, genes de supervivencia). Por nuestra parte, nos sentimos atraídos hacia las mujeres con curvas tendientes al estereotipo 90-60-90 porque esas medidas las relacionamos a nivel subconsciente con fertilidad. Y a nivel subconsciente, queremos estar con una mujer capaz de darnos hijos sanos, que puedan prolongar en el tiempo nuestro código genético (de hecho eso sólo funciona con el sexo. Para que queramos quedarnos con ella, entran a jugar otra serie de factores).

Por eso me molestan de una manera no normal los diálogos tanto de películas como de series en que a alguno de los personajes le preguntan qué es eso tan especial que ve en su amado o amada. ¡No ve nada particular! Todo son una serie de reacciones a nivel subconsciente sobre información que se recaba también de manera inconsciente. Por lo tanto nadie tiene esa información a nivel consciente ni puede decidir enamorarse de alguien más. No existe tal cosa como la decisión voluntaria, ni mucho menos racional, de elegir quién nos gusta (como tampoco existe la seducción racional o por vía de los argumentos. Probar que uno es el mejor partido se hace en el terreno de las emociones).

Sin embargo, todos los días surgen movimientos en defensa de la belleza común o de la mujer común y corriente, o de la belleza natural que no cumple con los cánones estéticos de la industria, aparecen enemigos de las cirugías plásticas y se implanta todo un discurso en contra de los más básicos y naturales impulsos humanos que la industria, eso sí, ha sabido explotar.

Por supuesto esos cánones de belleza varían. Ya me imagino a los que hoy atacan el modelo actual, defendiéndolo ante los pintores del Renacimiento, explicándoles que también las mujeres de caderas flacas y de senos grandes debían ocupar un espacio en sus cuadros, junto con su Fornarina o su Venus.

Es por eso que encuentro ridículas y sin sentido las campañas como esa de Dove, por la belleza natural.


Hace bien Dove en lanzar la campaña "for real beauty". Ya empezamos a caer en la cuenta de que el artificio de la belleza real tiene mucho de parquedad, de simplicidad, de sinceridad. Sobre todo, cuando los modelos que aparecen en las pantallas no tienen nada de admirable ni amable detrás: son estricta atracción fantasmagórica de puros deseos ideales.

Yo no me atrevería a descalificar intelectualmente a alguien por el simple hecho de que su presentación estética sea agradable al ojo.

Por otra parte: por supuesto que hay una atracción de deseos ideales. ¡Ese es el negocio de la televisión, entretener!

Que haya niñas y niños formando su autoestima conforme lo que ven en la televisión, es un problema de los padres y de la sociedad porque permiten que los estereotipos se vuelvan paradigmas y no se toman el tiempo y la molestia de explicarle a los críos que la televisión sólo es un reflejo incompleto de la realidad, y que en vez de tomarla como modelo a seguir es necesario definirse como persona e individuo por fuera de los parámetros establecidos por las industrias culturales.

(Otra pregunta que tengo es: ¿por qué se prefiere que los niños vean más escenas de violencia y menos de sexo? ¿No parece más recomendable promover que sepan cómo reproducir la vida en vez de cómo terminarla?)

Así que el problema radica en los padres y la sociedad. No en la televisión, que con todo lo que pueda evolucionar, siempre se va a quedar corta a la hora de representar la realidad, que es la primera razón por la que nadie debería tomar sus representaciones como modelos a seguir y también deberían dejar de lado esa falsa noción de que los mensajes de la televisión manipulan. Lo que se ve en la televisión es una consecuencia, no una causa.

Es entonces cuando me cruzo con esta denuncia llamada El Cuerpo de las Mujeres, llevada a cabo en Italia, en donde hacen unas mezclas no muy aconsejables. Su video está traducido a varios idiomas, incluido el español.



Hay cosas que comparto de la denuncia (las mujeres en efecto se están dejando humillar cuando se meten debajo de una mesa de plexiglass), pero no lo hago en su totalidad y eso es principalmente porque se basan en la acusación políticamente correcta de que la televisión promueve cánones estéticos que destruyen la autoestima de las personas.

Le llaman "dictadura de los cuerpos perfectos" pero yo creo que es más bien la democracia de los cuerpos perfectos: son los cuerpos que la mayoría pide y que en consecuencia pueden generar más rating.

Por n-ésima vez: la televisión está para entretener. Eso sólo va a cambiar el día en que el rating responda a la voracidad intelectual de la mayoría de los televidentes en vez de tener exigencias tan fáciles de satisfacer que no superan la excitación de los sentidos y de las pasiones. Quien sube o baja el estándar de calidad son los mismos televidentes. La industria sólo está respondiendo a la demanda. No es más.