jueves, 20 de octubre de 2011

Se vuelve a acabar el mundo

Como lo expresé en su momento, hace 5 meses, mañana se vuelve a acabar el mundo.

No votaría por... Gustavo Petro

Nunca, jamás de los jamases votaré por él. Tiene el programa a la alcaldía menos macabro y el único con un marco teórico medianamente presentable y decente, sin embargo haber puesto su voto -que no era decisivo- para que esa reencarnación de Torquemada que es Alejandro Ordóñez llegara a ocupar la Procuraduría General de la Nación con su neoinquisición católica fue todo lo que este aspirante a Presidente -porque ese es realmente su sueño- necesitó para perder para siempre y bajo toda circunstancia cualquier posibilidad de que yo votara por él (si es que decidiera abandonar mi principio de abstencionismo ilustrado).

Ahora me ha dado una razón más. No tiene ni la menor idea de cuál es la base de la sociedad:

Centro de Maltrato Infantil en Urabá

Terminé de leer Hitch-22

Así es, terminé la autobiografía del magistral Christopher Hitchens, escrita en una prosa rica en adjetivos y descripciones, cargado de toneladas de datos históricos y literarios y con argumentos muy bien expuestos. Cumplió con las expectativas.

Este es el párrafo con el que termina el libro, en su último capítulo, ¿Declive, Mutación o Metamorfosis?, justo antes de los agradecimientos editoriales y el índice onomástico:

Greenpeace es Provida

Parece que a los de Greenpeace no hay quien los pare en su cruzada anticientífica. Es como si cada día quisieran acabar más y más con el progreso de la especie.

No felices con oponerse a los transgénicos y a la energía nuclear, estos idiotas útiles de un ambientalismo tartufo y torticero ahora también ponen sus obstáculos a la investigación con células madre, y fueron los precursores de la reciente prohibición general de los jueces europeos:

La ley de Yahvé se impone en un bus de NY

El B110 es un bus de una compañía privada que tiene un contrato con la ciudad de Nueva York. Va desde Williamsburg al sur de Brooklyn y lleva principalmente a judíos ortodoxos.

Pues resulta que esta ruta tiene una tendencia muy particular:

La censura acecha a la televisión en Colombia

La Comisión Nacional de Televisión (CNTV) era un órgano independiente y corrupto que le costaba millonadas de pesos al estado colombiano y cuyos altos funcionarios cobraban sospechosamente altos sueldos por un trabajo relativamente sencillo y muy mal hecho, toda vez que los canales -los campeadores dos canales privados- siempre hacían lo que se les daba la gana: poner banners que ocuparan la mitad inferior de la pantalla, correr su programación sin ningún tipo de aviso, recortar las películas como si se tratara de Ed, Manos de Tijera haciendo alguna travesura -¡y siempre quitando las escenas ni siquiera de sexo sino tan simplemente eróticas o sugerentes!-, etc.

Por todas estas razones la CNTV se ganó una merecida desarticulación y en el Congreso decidieron que sus funciones pasarían a depender de tres órganos. Ahora, gracias a mi profesor de Legislación en Comunicación, Juan Carlos Garzón, quien hace parte del sindicato de la CNTV, me entero de que la regulación de la televisión quedará completamente en manos del gobierno:

miércoles, 19 de octubre de 2011

La avaricia de las tiendas naturistas

Seguramente los posmodernos no aceptarán esto (al fin y al cabo es evidencia, ¿por qué habrían de aceptarla?), sin embargo las tiendas naturistas, esos templos de humanidad y desprendimiento material, de rechazo a la avaricia de la industria farmacéutica y el monopolio de la medicina occidental, ejemplos morales de preocupación y altruismo están vendiendo Fruta Planta, el producto natural que se cobró la vida de una estudiante.

El hecho de que vendan productos que no han superado los más básicos controles de calidad y sanidad siempre puso de manifiesto algo que ahora se revela como obvio - que a las tiendas naturistas poco o nada les importa la salud de sus clientes:

El jainismo, una religión más

No existe una religión buena. Eso es una contradicción de los términos, un oxímoron. Las religiones están mal porque son doctrinas a las que no les interesa la verdad. Que haya religiones ateas y religiones teístas no cambia en nada el hecho de que son monstruosas filosofías de muerte que pregonan mentiras.

Para la muestra, una religión supuestamente atea que sigue siendo una receta para el completo desastre es el jainismo.

No, dios no cura a nadie

Pueden intentar ir a Lourdes, a Fátima o a Guadalupe. Pueden comprar tanta agua supuestamente bendita como les plazca, pero dios no cura a nadie -ni tampoco esos cretinos morales que conforman el santoral-. La prueba más fehaciente es que ningún amputado ha visto que su amigo imaginario le reponga su miembro.

Aún así hay idiotas que creen que dios los curará y en vez de probar suerte con el resfriado común o la fiebre -que tampoco es que deban subestimarse-, esperan que el pestilente y genocida ser los cure de SIDA: