Hay una razón por la que no confío en el periodismo científico en el país y es porque es prácticamente inexistente.
Aquí las noticias científicas llegan muy tarde y en ocasiones los encargados aprovechan esa sección para darle cabida, principalmente a cualquier producto psuedocientífico, cuando no a las imposturas
new age. No es muy común que esos espacios estén destinados a promover el fervor y los disparates religiosos, pero a veces sucede.
Por ejemplo, así lo hizo
Semana utilizando su prestigio informativo para arropar
el fraude de la Sábana Santa, al que han llamado "misterio del Sudario":