La canciller alemana, Angela Merkel, le preguntó recientemente al jefe de la Corte Suprema de Indonesia, Mohammad Mahfud, sobre la libertad de religión en su país.
A medida que los creyentes van encontrando situaciones que no se ajustan a sus absurdas creencias, van soltando alguna frase enlatada con la que los han equipado en su iglesia. Los no cristianos estamos hartos de esto.
Y resulta que también algunos cristianos. Al menos para el pastor Christian Piatt, que compiló una lista con 10 clichés y que luego amplió con otros 10 clichés que él mismo dice que los crédulos deberían evitar:
El padre de la difunta cantante Amy Winehouse ha sido víctima de un charlatán que le dijo que estaba en contacto con el otro lado, y a pesar de saber que es una estafa, el señor Winehouse cayó voluntariamente en el engaño, lo que lo hace peor:
Muchas de las personas que afirman que "el agua tiene memoria", o que nuestros pensamientos, sentimientos y acciones, de alguna forman influyen en la composición del agua, están repitiendo las palabras de Masaru Emoto.
Por supuesto, este tipo de afirmaciones son absurdas y eso fue lo que la investigación de Kristopher Setchfield, científico de la salud de Vermont, concluyó
El infame presidente del Senado y del Congreso, Juan Manuel Corzo no deja de ser una vergüenza para todos los que tenemos la desgracia de ser representados por él y los de su calaña.
La idea de que la paz se consigue sin ningún tipo de autoridad es una idea chévere, pero utópica. Estamos lejos de esa anarquía feliz, donde cada quien tiene un sentido de responsabilidad y de comprender hasta dónde llegan sus derechos. Para eso existe el Estado, para contrarrestar los excesos de los que pretenden pasar por encima de los demás.
Alfonso Llano Escobar, siguiendo los lineamientos de su amo mental, el protector de pederastas Benedicto XVI, escribió una patética diatriba donde achaca todos los males a que la personas se alejen de dios.
Iván, en Ateos de Colombia, se la rebate. Hay algo que yo matizaría al respecto:
Resulta que en Afganistán, los talibanes mataron a una mujer por, supuestamente, haber sido infiel (como si eso fuera un delito y como si la pena de muerte fuera una pena). El mundo civilizado -y no tan civilizado- ha condenado los hechos, incluido al gobierno del propio Afganistán:
Allá donde florece el islam, mueren las libertades civiles. Por ejemplo, empiezan las listas de libros prohibidos y las persecuciones a la disidencia y la oposición. ¡Y ni se diga la blasfemia!
Está pasando en todo el mundo. Para la muestra, un botón: