Los enviados de dios son las personas que más fácilmente pueden abusar de la confianza que se les da. Realmente tener a un amigo imaginario no ayuda a que las personas sean más éticas ni se comporten de maneras moralmente esperadas. Más bien al contrario.
El ejemplo perfecto de esto es el pastor Gregory Oats:
El ejemplo perfecto de esto es el pastor Gregory Oats: