La ciencia siempre ha sido una amenaza para la religión, aún cuando partía de la base de que dios existía.
Galilei y Bruno fueron creyentes, pero eso no les impidió encontrar verdades que contradecían las doctrinas del momento. Hoy en día hay un poco más de libertad, y la ciencia parte, de hecho, de que no hay dios. Y Benedicto XVI quiere cambiar eso:
Galilei y Bruno fueron creyentes, pero eso no les impidió encontrar verdades que contradecían las doctrinas del momento. Hoy en día hay un poco más de libertad, y la ciencia parte, de hecho, de que no hay dios. Y Benedicto XVI quiere cambiar eso: