Los defensores del privilegio religioso han encontrado una excusa para violar la laicidad del estado colombiano: "Colombia no es un estado laico, sino aconfesional", dicen, como si eso justificara que despilfarren recursos públicos en supersticiones privadas.
Pero es una mentira como un castillo: Colombia es un estado laico, no "aconfesional".
Dice la Constitución de 1991: