Desconfío profundamente de los ateos que ignoran, excusan o justifican las violaciones al laicismo —o atropellos a los derechos humanos— en nombre de "ideales superiores".
En Colombia pasa más frecuentemente con el proceso de 'paz' del gobierno Santos, que ha recurrido al privilegio católico y el ecumenismo para justificar su negociación con terroristas y darle un barniz de aceptabilidad al que, de otra forma, es un proceso impresentable e indefendible — vamos, que las cosas se defienden con argumentos y evidencias, no apelando a las pasiones religiosas.