Parece que los enemigos ideológicos del glifosato quieren vincular el herbicida con efectos adversos para la salud reproductiva a como dé lugar.
Por ejemplo, hace dos años,
Daniel Mejía Londoño y
Adriana Camacho publicaron un 'estudio' (no revisado por pares, ni publicado en una revista indexada de amplia trayectoria) que concluía que la exposición al glifosato causaba abortos — el 'estudio' tiene
errores metodológicos como para detener un tren —yo no puedo sacudirme la idea de que es motivado ideológicamente—. (Inexplicablemente, luego de esto, Londoño fue
nombrado en la Comisión de Drogas de
The Lancet.)