viernes, 19 de diciembre de 2014

El experimento de Llinás



Ya que esta semana hemos hablado de tiempo, agencia e intención, es adecuado complementar con algo de libre albedrío.

Con motivo del lanzamiento de su libro I of the Vortex, sobre la evolución de la conciencia humana, Rodolo Llinás concedió una entrevista a The Science Network, donde contó esta interesante experiencia (min. 36):



LLINÁS: Entiendo que el libre albedrío no existe; entiendo que la única forma racional de relacionarnos unos con otros es asumir que existe, aunque en lo profundo sabemos que no es así. Ahora la pregunta que me podrías hacer es ¿cómo lo sabes? Y la respuesta es, bueno, hice un experimento realmente encantador en mí mismo. Fue extraordinario de verdad. Hay un instrumento utilizado en neurología llamado un estimulador magnético transcraneal. La estimulación magnética es algo que puedes hacer.

ROGER BINGHAM: Consiste en ... ¿qué le pasa a uno?

LLINÁS: Es un instrumento que tiene una bobina que se pone al lado de la parte superior de la cabeza y le pasas una corriente de modo que se genera un gran campo magnético que activa el cerebro directamente, sin tener que abrirlo. Así que si tienes una de estas bobinas y la pones en la parte superior de la cabeza, puede generar un movimiento. La pones en la parte de atrás, se ve una luz, así que puedes estimular diferentes partes del cerebro y tener una sensación de que lo que ocurre cuando se activa el cerebro directamente sin que, entre comillas, lo hagas. Esto por supuesto es una manera extraña de hablar, pero así es como hablamos. Así que decido ponerlo en la parte superior de la cabeza donde considero que está la corteza motora y estimularla y encuentro un buen lugar donde mi pie derecho se movería hacia el interior. Fue *pop* no hay problema. Y lo hicimos varias veces y le digo a mi colega, sé anatomía, se fisiología, puedo decirte que estoy haciendo trampa. Pongo el estímulo y luego me muevo, lo siento, me estoy moviendo. Y él dijo: bueno, ya sabes, no hay manera de saber realmente. Le dije: Te diré cómo lo sé. Lo siento, pero lo estimulo y moveré el pie hacia fuera. Ahora voy a hacer eso, así que lo estimulo y, de nuevo, el pie se mueve hacia adentro. Así que le dije, bueno ¿qué sucede? Yo dije esto pero cambié de opinión. Hagámoslo de nuevo. Así lo hago media docena de veces.

BINGHAM: ¿Y siempre se mueve hacia adentro?

LLINÁS: Siempre. Así que dije, ohh por dios, no puedo distinguir entre la actividad desde el exterior y lo que considero que es un movimiento voluntario. Si sé que va a pasar, entonces creo que lo hice, porque ahora entiendo esto del libre albedrío y esto de la voluntad. La voluntad es lo que está sucediendo en otro lugar del cerebro, algo de lo que estoy enterado y por lo tanto decido que lo hice. También sucede en la ciencia. Tomas posesión de algo que no te pertenece.

BINGHAM: Así que estás diciendo que porque hay este vínculo directo entre la estimulación y que el pie se mueva hacia el interior, y que va a pasar cada vez - incluso si tienes la voluntad de moverlo para afuera y todavía se mueve hacia adentro, ¿estás diciendo que nunca pensaste que tu sensación era de haberlo movido hacia fuera?

LLINÁS: ¡No! La sensación es diferente — fui yo quien lo hizo.

BINGHAM: ¿A pesar de que lo movías para adentro?

LLINÁS: Se movía hacia adentro y la sensación es, bueno, yo lo moví. Yo no podía, mi sistema, no podía tener una sensación diferente a la que yo habría tenido si lo moviera hacia adentro. Así que quiero moverlo hacia afuera, cuando siento el estímulo, lo muevo hacia afuera y hacia adentro. ¿Sintió que había un problema? No, yo no sentí que hubiera un problema, ¡lo moví hacia adentro! ¡Pero pensabas, decidiste que ibas a moverlo hacia afuera! Sí, pero lo moví hacia adentro. Y entonces piensas y te das cuenta de que estás diciendo que, después del hecho de que lo moviste hacia adentro porque se movió así, que sabías que esto iba a suceder así que tomas posesión de ello. En otras palabras, el libre albedrío es saber lo que vas a hacer, eso es todo. No es necesariamente quererlo.

Por supuesto, para poder confirmar los resultados, el experimento debería replicarse en una cantidad estadísticamente significativa de sujetos bajo condiciones razonables de experimentación, ser replicado por pares y publicado en una revista indexada de amplia trayectoria. En todo caso, a nivel de hipótesis, resulta fascinante.

Y mejor que sea confirmado en el laboratorio por equipos independientes — no tengo nada contra Llinás pero, después del fiasco de las nanoburbujas, mejor así.

(Imagen: supersakolin via photopin cc)

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