Hace unos días, el periodista Umar Lee atendió a una charla titulada El islam y el problema de la esclavitud, dictada por un tal Jonathan AC Brown, quien enseña Estudios Islámicos (?) en la Universidad de Georgetown.
El relato de Lee es conmocionante (y no en un buen sentido):
Sin saber qué esperar de Brown, me sorprendió cuando, básicamente, entró en una defensa de la esclavitud durante 90 minutos, que incluía un respaldo explícito del sexo no consensual.
Mientras se suponía que la conferencia iba a ser sobre la esclavitud en el islam, Brown pasó la mayoría de la conferencia hablando de la esclavitud en Estados Unidos, Reino Unido y China. Al hablar de la esclavitud en estas sociedades Brown pintó la esclavitud como brutal y violenta (que ciertamente fue). Cuando la conversación volvía brevemente a la esclavitud histórica en el mundo árabe y turco, la esclavitud era descrita por Brown en términos positivos. De hecho, según Brown, los esclavos en el mundo musulmán vivían una vida bastante buena.
[...]
Brown construye un mundo donde los males de Occidente excusan cualquier error (si cree que hay alguno) en el mundo musulmán.
"La esclavitud no era racializada" en las sociedades musulmanas, dijo Brown. Eso sería creíble si no fuera bien conocido que en el mundo árabe a las personas negras y a los afroamericanos no se les llamara constantemente como abeed (esclavos) simplemente por su color de piel.
Brown describió la esclavitud en el mundo musulmán como más amable y más suave. El poeta árabe que escribió "antes de comprar al esclavo compra el palo... porque él es nejas (impuro)" es quizás una mejor descripción de la esclavitud árabe de lo que Brown ofreció.
"Los esclavos estaban protegidos por la sharía (ley islámica)" declaró Brown sin hacer ninguna distinción de la versión legal idealizada de la esclavitud y la esclavitud como se practicaba. En esta versión de la esclavitud hay una omisión de secuestros, harenes, ejércitos de eunucos y otras atrocidades.
El argumento anterior es similar a los argumentos previamente derrotados por bloggers y activistas musulmanes de que el racismo y el machismo no existían en la comunidad musulmana porque no había apoyo textual cuando en realidad ambos son desenfrenados.
"No es inmoral para un ser humano poseer a otro humano" declaró Brown en su más clara defensa de la esclavitud. Brown llegó a declarar que ser empleado es básicamente lo mismo que ser un esclavo y retratándose como un verdadero romántico Brown me dijo que su matrimonio era semejante a la esclavitud porque su esposa tenía derechos sobre él. El hecho de que ambos acuerdos pueden ser terminados y son consensuales parecía escapársele al apático académico.
"El consentimiento no es necesario para el sexo legal", dijo el profesor Jonathan Brown de la Universidad de Georgetown.
Poco después de hacerle mis preguntas a Brown sobre su defensa de la esclavitud, una mujer sentada delante de mí le preguntó sobre la permisibilidad del sexo con esclavos. Brown expresó enfáticamente que el consentimiento es un concepto occidental moderno y sólo recientemente había llegado a ser visto como necesario (tal vez en el momento en que el feminismo comenzó a tomar raíz y las mujeres decidieron que querían autonomía sobre sus cuerpos). Brown pasó a explicar en detalle que el consentimiento no era necesario para el sexo moral y ético y que la moralidad del sexo depende de la legalidad de la pareja sexual y no el consentimiento, sosteniendo el veredicto de que la violación marital es un concepto inválido en el islam.
Quienes, como yo, quedaron atónitos con las posturas de Brown aférrense a sus sillas que aún hay más: en la página del Instituto Yaqeen (que promueve las barbaridades islámicas en pleno siglo 21), Brown también defiende la amputación y las lapidaciones, acusando a Occidente de haber sembrado una fobia por el castigo corporal con un sistema de justicia que gira alrededor de la cárcel, redimiendo la amputación de manos y las lapidaciones como expresiones de autenticidad islámica.
Todo el tema es indignante, pero lo que lo hace aún más indignante —para mí, en todo caso—, es que muy pocas personas están indignadas al respecto. No sé si es la excusa de la islamofobia, intolerancia antimusulmana de menores expectativas o el nada secreto objetivo de la izquierda regresiva de simplemente desmantelar Occidente y la Ilustración a como dé lugar, pero sé de personas a quienes les han llovido (¡nos han llovido!) hostias por afirmaciones muchísimo menos graves e, incluso, hasta racionales y basadas en la evidencia.
Y tampoco es que sea algo nuevo: hay occidentales que se rasgan las vestiduras por cosas como la prohibición del 'burkini', pero su indignación brilla por su ausencia cómplicemente cuando se trata de musulmanes que atacan físicamente a mujeres por usar shorts (haciendo uso del mismo derecho a vestir como quieran).
(vía Why Evolution Is True | imagen: Student Voices)
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Publicado en De Avanzada por David Osorio
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