
Steven Pinker acaba de publicar un nuevo libro, When Everyone Knows That Everyone Knows… (Cuando todos saben que todos saben…), sobre cómo nos comportamos los humanos cuando existe un conocimiento compartido. Suena sencillo, pero, en típico estilo Pinker, seguro que el asunto se complica y acaba teniendo implicaciones inesperadas. En fin: Pinker, posiblemente el humanista vivo más reconocido, está de gira mundial para presentar su nuevo libro.
Pues bien, la sociedad humanista de Australia ha decidido retirar su apoyo a la gira, porque una de sus organizaciones miembro tiene un problema con Pinker y optó por comportarse como si todavía estuviéramos en 2010. El organizador de la gira en Australia explicó la situación en un correo a Jerry Coyne, quien lo compartió en su blog:
[...] Mi nombre es Desh Amila. En el pasado hemos intercambiado correos electrónicos sobre Richard Dawkins y Coleman Hughes. También soy el organizador de la próxima gira de conferencias en Australia de nuestro colega común Steven Pinker. Le escribo hoy porque uno de sus artículos se ha visto envuelto en una controversia decepcionante, aunque reveladora.En su momento reporté sobre el caso, así que quienes ya conocen el contexto pueden saltarse los próximos cuatro párrafos. Para quienes llegan tarde, aquí va el resumen: la Freedom from Religion Foundation (FFRF) publicó un artículo que intentaba responder a la pregunta “¿Qué es una mujer?”. La autora, una practicante de la organización, desperdició un montón de píxeles para concluir que mujer es toda persona que se identifique como tal, haciendo varias piruetas mentales para evitar la definición estándar de la biología: una mujer es una hembra humana adulta, es decir, alguien cuyo cuerpo se desarrolló para producir gametos grandes.
Recientemente, la Sociedad Humanista de Australia ha retirado oficialmente su colaboración y apoyo a la gira. Tras varios días de debate interno, su director general nos informó de que no habían podido llegar a un "consenso" sobre cómo gestionar el apoyo público del profesor Pinker a su artículo "La biología no es intolerancia".
El problema fue planteado inicialmente por su comunidad "Ateos Arcoíris", y parece que la organización finalmente optó por retirarse en lugar de defender los principios de la investigación abierta y el debate libre.
Me parece un estudio de caso poderoso y real sobre la captura ideológica y el repliegue institucional de la ciencia que usted documenta con tanta frecuencia y elocuencia en su sitio web. Es profundamente irónico que una organización humanista ni siquiera pueda financiar una gira relacionada con una discusión racional sobre biología.
Ya le informé a Steve sobre el asunto. Quería asegurarme de que usted también estuviera al tanto, dado que su artículo fue el catalizador explícito. Por supuesto, puede compartir o escribir sobre esta historia si lo considera oportuno; parece un ejemplo particularmente bien documentado de la autocensura que se extiende por estas organizaciones.
Coyne respondió con el artículo mencionado, diciendo básicamente eso, que es lo más normal del mundo, ya que usamos definiciones objetivas para saber de qué estamos hablando. Pero desde hace unos años, y sin que nadie haya explicado del todo el salto lógico, cualquier intento de definir “mujer” se ve como un ataque a la comunidad trans. Y ojo: esto solo aplica para “mujer”, porque decir que “hombre” es un varón humano adulto no parece ser transfóbico. O si lo es (uno ya no sabe), al menos no provoca la misma reacción visceral en los círculos posmodernos más deteriorados y ruidosos del activismo trans.
La lógica —por llamarla de alguna manera— sería que negar que alguien es mujer solo porque lo dice, incluso cuando su cuerpo se desarrolló para producir gametos pequeños, sería “borrar” a las mujeres trans, o tomar parte activa del genocidio contra ellas (?). Pero dado que las palabras no cambian el curso material de los hechos, cuesta entender cómo ese “borrado” o el "genocidio" se materializan mágicamente por el simple hecho de escribir o decir algo.
En cualquier caso, alguien con contactos dentro de la FFRF armó una pataleta monumental, y el artículo de Coyne fue retirado sin aviso ni explicación. Bastante grosero para alguien que era Miembro Honorario de su Junta Directiva. Coyne renunció por considerar que esa no es la forma de mantener un intercambio honesto de ideas, ni de tratar a ningún miembro — honorario o no. Richard Dawkins y Pinker también renunciaron en solidaridad con Coyne, no por la definición de “mujer”, sino porque la conducta de la FFRF fue deplorable. Por supuesto, los posmodernos interpretaron la solidaridad de Dawkins y Pinker como un gesto transfóbico.
Listo, ya estamos todos al día. Retomando: el productor de la gira en Australia del nuevo libro de Pinker le envió a Coyne el correo citado, informándole que los Humanistas de Australia retiraron su apoyo al ciclo de promoción porque su comunidad de Ateos Arcoíris considera a Pinker como transfóbico. Y según estos ateos arcoíris, apoyarlo, incluso en asuntos ajenos al tema de sexo y género —como una gira sobre un libro de psicología y comportamiento social—, también sería transfóbico. De verdad, cuesta entender cómo pretende esta gente construir alianzas o trabajar por el bien común si la más mínima diferencia de opinión convierte a cualquier aliado potencial en enemigo y peste moral. ¿Cómo van a cambiar mentes? ¿Cómo van a convencer a alguien de que su causa es válida si no toleran a nadie que no esté convencido ya?
Esta es la ideología que arruinó el ateísmo y el escepticismo organizados; en su camino también dejó los cadáveres de muchos otros movimientos sociales, allanándole el terreno a la extrema derecha. Y como si no bastara, siguen aferrados a su falsa superioridad moral como Elon Musk a una dosis de ketamina en forma de equis.
La buena noticia es que en la cultura general el pico woke ya pasó, y la dichosa tendencia va en declive (los más optimistas incluso le han formulado certificado de defunción); la mala noticia es que, como vemos, la comunidad supuestamente racionalista no se entera.
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Publicado en De Avanzada por David Osorio | ¿Te ha gustado este post? Síguenos o apóyanos en Substack para no perderte las próximas publicaciones
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