El cardenal George Pell, asesor financiero del papa Francisco, actualmente está siendo investigado por el encubrimiento de casos de abuso sexual de menores por parte de sacerdotes en Victoria, Australia. Pell se ha excusado en que está muy enfermo (guiño, guiño) para poder ir del Vaticano a Australia a responder por sus acciones (Tim Minchin hizo una fantabulosa canción al respecto.)
Pues el fin de semana Pell testificó por videoconferencia durante cuatro horas — sus palabras demuestran que el tipo no se merece ni la leche maternal: