Existen en Colombia todo tipo de despropósitos, casi al punto de decir que en eso no nos sacamos una buena calificación sino un as bajo la manga. Entre esos ha hecho carrera una especie de odio contra el vehículo particular al punto de que se han tomado medidas del corte de toques de queda para evitar que se saquen los vehículos.
Todo esto ha sido impulsado por el más nefasto político en toda la historia del país: Enrique Peñalosa Londoño. Y a pesar de que la historia de este artículo no es nueva -ya tiene diez años-, su tratamiento sí lo es.
Estoy hablando nada más y nada menos de su idea de restringir absolutamente el uso de vehículos particulares durante días hábiles y su mañosa implantación de la norma.
¿Y eso cómo fue? El buen día del 29 de Octubre del 2000, se llevó a cabo una consulta popular que le preguntaba a los bogotanos acerca de dos cuestiones sobre las qué votar: El Día sin Carro y la Restricción Vehicular.
Esa "restricción vehicular" era una pregunta para restringir el uso del carro a partir del 2015, cuando muchos de los votantes podrían haber adquirido uno o más carros y otros haberse cambiado de ciudad. A partir de entonces no dejan de salir cuestionamientos al respecto.
¿Las razones que adujo Peñalosa?
A la hora de la votación resultó que esa patente impostura no alcanzó los votos necesarios.
A pesar de eso, la alcaldía de Peñalosa decretó como válidas ambas propuestas.
Incluso el periodista José Clopatofsky Londoño se pronunció al respecto y explicó magistralmente la gigantesca sandez y metida de dedos en la boca que es dejar de usar los carros durante las horas que más se necesitan -ergo todos tendríamos que usar Transmilenio (¿por qué no me extraña?), que ni siquiera en las estimaciones más optimistas lograría sobrevivir a esa marea humana-.
Afortunadamente en la historia de hoy tenemos un happy ending pues resulta que ese artículo fue derogado por la Administración Mockus porque
Así es: hubo fraude en esas votaciones. Ése es el método Peñalosa, premiadísimo ex burgomaestre.
Algunos asiduos del blog podrían decir que por fin Mockus hizo algo rescatable y estoy de acuerdo con que lo hizo. Pero eso no cambia mi prevención frente Mockus. Por el contrario: si es consciente del método Peñalosa, ¿por qué formó un Partido Político con él?
Todo esto ha sido impulsado por el más nefasto político en toda la historia del país: Enrique Peñalosa Londoño. Y a pesar de que la historia de este artículo no es nueva -ya tiene diez años-, su tratamiento sí lo es.
Estoy hablando nada más y nada menos de su idea de restringir absolutamente el uso de vehículos particulares durante días hábiles y su mañosa implantación de la norma.
¿Y eso cómo fue? El buen día del 29 de Octubre del 2000, se llevó a cabo una consulta popular que le preguntaba a los bogotanos acerca de dos cuestiones sobre las qué votar: El Día sin Carro y la Restricción Vehicular.
Esa "restricción vehicular" era una pregunta para restringir el uso del carro a partir del 2015, cuando muchos de los votantes podrían haber adquirido uno o más carros y otros haberse cambiado de ciudad. A partir de entonces no dejan de salir cuestionamientos al respecto.
¿Las razones que adujo Peñalosa?
Un modelo propio, más sostenible en lo ambiental y más igualitario en lo social.
A la hora de la votación resultó que esa patente impostura no alcanzó los votos necesarios.
A pesar de eso, la alcaldía de Peñalosa decretó como válidas ambas propuestas.
Incluso el periodista José Clopatofsky Londoño se pronunció al respecto y explicó magistralmente la gigantesca sandez y metida de dedos en la boca que es dejar de usar los carros durante las horas que más se necesitan -ergo todos tendríamos que usar Transmilenio (¿por qué no me extraña?), que ni siquiera en las estimaciones más optimistas lograría sobrevivir a esa marea humana-.
Afortunadamente en la historia de hoy tenemos un happy ending pues resulta que ese artículo fue derogado por la Administración Mockus porque
la consulta efectuada sobre la restricción vehicular a partir del año 2015, no cumplió con los requisitos previstos en la Ley, teniendo en cuenta que se contabilizaron como votos válidos, los tarjetones no diligenciados por los ciudadanos.
Así es: hubo fraude en esas votaciones. Ése es el método Peñalosa, premiadísimo ex burgomaestre.
Algunos asiduos del blog podrían decir que por fin Mockus hizo algo rescatable y estoy de acuerdo con que lo hizo. Pero eso no cambia mi prevención frente Mockus. Por el contrario: si es consciente del método Peñalosa, ¿por qué formó un Partido Político con él?