El credo neoliberal de Álvaro Uribe siempre cacareaba que había conseguido tres cosas: seguridad democrática (que ni la una, ni la otra, ni las dos combinadas), confianza inversionista (que los extranjeros vengan a crear trabajo acá) y cohesión social (que es lo que siempre he entendido por TransMilenio: más gente, menos espacio).
Como con todas las políticas económicas desreguladas, esta fórmula incluye una receta para el desastre que está empezando a mostrar sus fauces. Los "inversores" extranjeros están denunciando penalmente a los periodistas por pánico económico, para buscar censurar las voces que señalan las irregularidades, infracciones, movidas ilegales y hasta delitos que cometen dichos inversores.
La denuncia fue hecha en un
editorial por Héctor Hernández, director de la agencia de noticias económica Primera Página. En solidaridad con los colegas a los que están tratando de silenciar estos avaros gallinazos inversionistas, reproduzco el artículo en su totalidad: