La semana pasada, el pastor Charles Worley hizo un llamado para que se pusiera a los homosexuales detrás de cercas electrificadas y se les dejara morir de hambre. Claro, la Biblia lo dice.
Ahora, el columnista Juan Carlos Botero retoma el caso y dice que el problema no está con leer la Biblia y creer que es de inspiración divina, sino con hacerlo de manera literal. Su planteamiento genera ciertos cuestionamientos: