Nunca deja de sorprenderme los tratos crueles e inhumanos que el cristianismo le depara a los niños. Aparte de todas las historias de Amor Duro, se encuentra el fetiche que dios tiene con la sangre de bebés y la visión objetificante que se hace de los menores de edad, por ejemplo instando a su bautizo.
Por eso no es de sorprender que un pastor de Atlanta haya golpeado a su hija:
Por eso no es de sorprender que un pastor de Atlanta haya golpeado a su hija: